SEXO ORAL: MANUAL DE HOMBRES PARA MUJERES
Antes considerado un acto de sodomía impracticable, incluso hoy nos encontramos con mujeres con el rezago del tabú por ‘bajarle’ a su amante. Aquí consejos para las que disfrutan dando placer oral.

Si se hiciera una encuesta, talvez, encontraríamos la alta frecuencia con la que practicamos el placer de juntar los órganos que más nos dan placer: boca y genitales.

Tener sexo con la boca es tener reminiscencias de nuestros instintos más primarios, esos que nos hicieron buscar automáticamente el seno de nuestra madre al nacer. ¿Sí han visto la cara de placer celestial de un bebé mientras succiona y oprime el seno de su madre? haciéndolo suyo con suaves envestidas en busca de alimento.

Tanto placer no se podía ir con el fin de la lactancia. Gracias al universo, la publicidad, constantemente, hace alusión a ese placer, recordándonos que es inevitable sobreponerse a él, y que está presente, tácita o expresamente, en muchas situaciones de nuestra cotidianidad.

Pero basta de prosa. Vamos a la acción. Veamos consejos salidos directamente de la seguridad que da solo la experiencia.

1. Olvidemos el ‘bajar’ como una señal de sumisión: El porno nos da ideas buenas, desgraciadamente, a veces exagera a la hora de crear estereotipos. Con frecuencia vemos a la actriz sometida por el hombre, mientras él pareciera que la obligara a darle sexo oral. La verdad es que quienes estamos sometidos somos los hombres, porque quien da sexo oral somete.

2. Se puede ser más breve: Solo se debe saber si hay gusto mutuo, de resto no es necesario mucho calentamiento y cortejo para que ‘aquello’ se ponga de la consistencia adecuada para complementarlo con la concavidad de una boca ávida. Qué regalo cuando ellas toman la iniciativa de bajar el pantalón o la bragueta y hacernos bellezas con la boca.

3. Exploración táctil: las manos son parte muy importante del sexo oral. Tocarnos el bajo vientre, las nalgas y los testículos va a servir para que la fiesta se ponga más movida allá abajo.

4. Una fiesta donde la puerta es una ‘O’: Practiquen pronunciando la vocal. Si se dan cuenta, al decirla se esconden los dientes detrás de los labios. Este punto es clave, los dientes son espectadores pasivos en este carnaval del placer. Acoplando esa ‘O’ al pene ya se puede empezar el vaivén. No olviden que se potencia el efecto placentero cuando dicho movimiento se complementa con el de la mano en el tallo del pene.

5. Lengua: La lengua es como el pincel más fino del artista, se usa para darle color a las zonas más pequeñas, pero no menos importantes. Ésta puede servir para estimular uno de las partes más sensibles: el frenillo que, si han visto bien es el punto abajo del glande cerca a la uretra. Con la lengua pueden hacer énfasis en este punto con movimientos finos en círculos o en línea recta, alcanzando en el camino, la abertura de la uretra ¡wow! Qué excitante es…

6. Un arma de doble filo: El glande es la parte más sensible del pene, así que la estimulación debe ser negociada entre quien da y recibe sexo oral. Aquí creo que no hay método certero de estimulación, a algunos nos gusta que lo estimulen a lo largo y ancho, pero otros son más selectivos, y prefieren evitar ciertas áreas donde la estimulación podría resultar molesta.

7. En esta ocasión ellas sí entran en la fiesta: El sexo oral es la mejor ocasión para hacerle un cariño íntimo a los testículos, besarlos y succionarlos con suavidad puede resultar más que electrizante.

8. Como el universo: Inexplorado pero majestuoso. ¿Ya saben a que me refiero? Lo dejé de último no por el tabú, sino como tope de placer. El ano es en definitiva el órgano sexual más noble del hombre, nos produce tanta sobrecarga de energía sexual que, a ello se le puede deber el ostracismo en el que la mayoría de los hombres lo hemos dejado. Importante: ambos deben sacarse de la cabeza lo de que ese territorio ‘inóspito’ es exclusivo para ‘adas’ y criaturas ‘emplumadas’ –ya saben a que me refiero- el placer es placer y punto, se consigue por medio de lo que esté a nuestro alcance, y vaya cerca que está aquella sucursal del éxtasis