Como en el lema olímpico, en la natación cada vez se nada más rápido y los favoritos se ven sobrepasados por adolescentes con hambre de gloria. En Beijing se necesitaron trajes especiales para romper los registros; aquí sólo la juventud, casi unas niñas las que rompen los récords, la que se llevan el oro, las que llegaron sin pedir permiso a ocupar el puesto de los grandes.

Nadie respeta a nadie. Nuevas figuras, algunas en trance de formación, le dicen al mundo que las glorias de los pasados juegos olímpicos son eso, pasado. Ahora la historia es de ellos, los nuevos, los mejores, los por ahora, invencibles.

NATACIÓN | Ruta Meilutyte y Missy Franklin
Un nuevo orden en la piscina de Londres


Missy Franklin, tras conquistar el oro en los 100 metros espalda en Londres. | Reuters

La piscina de Londres es como un paritorio líquido de nuevas estrellas de la natación, un punto de colisión entre la vieja guardia y el nuevo orden. Es el lugar del alumbramiento definitivo de Yannick Agnel, en primer lugar, que apaga a manotazos el fuego de Lochte, y de la china Ye, después, que se lleva por delante, como un vendaval, el bello recuerdo de Stephanie Rice, a la que el sábado despojó del récord mundial de los 400 estilos y el lunes del olímpico en las semifinales de la misma disciplina en su versión corta (200 metros). También anuncia el nacimiento de otros dos fenómenos, la lituana Ruta Meilutyte, de 15 años, y la estadounidense Missy 'misil' Franklin, de 17.

Ruta Meilutyte, en el podio.

La primera, de Kaunas, un físico aún por formar pero que ya alcanza 1,72 m. y 64 kg., es una cadencia brutal, un renacuajo que aparece y se esconde en el agua a ritmo de vértigo que conqusitó en los 100 braza la primera medalla de oro olímpica para Lituania en cualquier deporte. Nadie había ganado a su edad (15 años y 133 días) esta prueba en unos JJOO. Desde el triunfo de la estadounidense Beth Botsford en los 100 espalda en Atlanta'96 nadie tan joven se había colgado un oro en unos Juegos. Para lograrlo tuvo que derrotar a la estadounidense Rebecca Soni, que se quedó como se fue de Pekín, con una plata.

La segunda, de Colorado, quiere dedicarle cada éxito en Londres a las víctimas del atentado de Denver. Le gustaría hacerlo siete veces, aunque lo tendrá muy complicado en las pruebas de estilo libre. De momento, en una de sus especialidades, la espalda, atrapó su primer oro en la distancia corta, los 100, con récord de EEUU incluido (58.33) en una prueba en la que fallaron la rusa Anastasia Zueva y la británica y plusmarquista mundial Gemma Spofforth, una nueva decepción para el Reino Unido. Ambas se quedaron sin medalla. Franklin se impuso a la australiana Emily Seebohm, que el domingo estableció un nuevo récord olímpico (58.23).

En EEUU venden a Franklin como la nueva Phelps, que se clasificó con la cuarta mejor marca para la final de los 200 m. mariposa, la prueba en una gran competición solo ha perdido en los JJOO de Sydney 2000, con 15 años.

Fuente: elmundo.es