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Antiguo 25-07-2012 , 16:36:18   #489
camilocorrea
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Los “capos” detrás del crimen de los policías






Toda una maraña criminal envuelve el asesinato de 2 policías antinarcóticos en Medellín. Señalan a “Pichi” y “Barny”.

“El que es sabueso, es sabueso”, solía repetir el subintendente Sergio Castro cada vez que lograba dar con una pista importante.

Y en esas estaba, persiguiendo la corazonada de investigador, cuando se estacionó a las 7:00 a.m. del pasado 12 de julio en la entrada del Jardín Botánico.

En la camioneta Toyota Fortuner que había rentado en un establecimiento comercial, lo asistía Franklin Moreno, un compañero y experto cocinero, con quien no solo compartía el grado policial, sino la amistad y la alegría de tener la esposa embarazada.

Vestían de civil y habían salido del hotel con una misión especial: encontrarse con un informante que “les daría la ubicación de un objetivo de alto valor”, contó un colega de la Dirección Antinarcóticos de la Policía (Diran).

Pero la fuente jamás llegó a la carrera 52 con la calle 77. Tras 20 minutos de espera, cuatro sicarios a bordo de dos motos Yamaha DT dorada y Yamaha XT660 azul irrumpieron en la escena. Más de 25 vainillas de calibre 9 milímetros saltaron de las recámaras de sus armas y los proyectiles perforaron las ventanillas y los cuerpos de los suboficiales.

“Fue tan rápido, que ellos ni cuenta se dieron de lo que pasó”, contó un investigador que conoció el caso. Los mercenarios escaparon por la calle 78, perdiéndose en las estrechas lomas que conducen a la parte alta de la comuna de Aranjuez.

A las 11:00 a.m. del sábado siguiente, en el Centro Religioso de la Policía en Bogotá, una apacible ola de color verde oliva transportó los féretros de Castro y Moreno, arropados con la bandera de Colombia.

Entre quienes cargaron los ataúdes sobresalió el general Luis Pérez Alvarán, director Antinarcóticos y jefe de los difuntos. Con un convencimiento que no le espantaba el luto, declaró: “La orden de asesinarlos fue emitida por los cabecillas de ‘La Oficina’”.

Después, el general Yesid Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana, le confirmó a EL COLOMBIANO lo que ya era un secreto a voces en el bajo mundo de la ciudad: los que inclinaron el dedo pulgar, como lo hacían los emperadores romanos para desatar la muerte en el coliseo, habrían sido “Pichi” y “Barny”, dos supuestos delincuentes que, a la sombra de los antiguos patrones de “La Oficina”, acumularon un gran poder dentro de esa estructura criminal.

Falla de seguridad
El sabueso Castro, natural de Villavicencio, llevaba 12 de sus 35 años en la Fuerza Pública. Ostentaba seis condecoraciones y 25 felicitaciones, además de una fama de excelente investigador que se había ganado con resultados como la “Operación Escorpión”, cuando en enero de 2005, en cooperación con la DEA, desmanteló una red que enviaba heroína líquida de Medellín a E.U., camuflada en los órganos de perritos sometidos a cirugías clandestinas.

El subintendente Moreno, bogotano de 33 años, no se quedaba atrás. Una condecoración y 56 felicitaciones, en 13 años de servicio, lo tenían entre los mejores de la Diran.

Por eso algunos investigadores no entienden por qué bajaron la guardia en un momento crítico. “No tomaron en cuenta las medidas básicas de seguridad, porque la mayoría de las fuentes son bandidos que quieren plata o venganza, y de ellos hay que desconfiar”, resalta uno.

Los funcionarios se estacionaron de espalda a la vía principal (carrera 52), encerrados entre la reja del Jardín Botánico y dos hileras de bolardos, lo que les imposibilitaba maniobrar a los lados en caso de tener que huir (ver foto).

Un colega de las víctimas da una clave de lo que pudo haber sucedido: “Ellos iban con dos personas más, las cuales supuestamente les brindarían seguridad, pero la verdad no entiendo por qué nunca llegaron. Estuvieron ahí, se retiraron y cuando volvieron ya había ocurrido todo. Fue una falla”.
En la acera del frente, diagonal a la escena del crimen, hay dos cámaras de seguridad de la Alcaldía, las cuales, al parecer, no captaron el ataque. Esta situación fue motivo de recriminación durante un debate realizado el pasado martes en el Concejo. “Dígame, Secretario de Seguridad, ¿para dónde estaban mirando las cámaras el día que mataron a los policías? ¡Para el otro lado!”, inquirió el concejal Juan Felipe Campuzano, quien reclamó una mayor dotación tecnológica para enfrentar al crimen.
En la estación de gasolina vecina hay nueve cámaras visibles, que apuntan al interior del establecimiento, y tampoco captaron lo que un celador describió como “una balacera de muchos muchos tiros”.

Los nuevos patrones
El 15 de abril de 2009, mientras festejaba con su gente, la Dijín capturó en un apartamento de El Poblado a Leonardo Muñoz, un presunto jefe de “La Oficina” apodado “Douglas”.

Junto a él procesaron a otras tres personas que también tenían orden de captura, pero un par de hombres, sorprendidos en la misma redada, fueron dejados en libertad. Sus alias: “Pichi” y “Barny”.
Aunque en aquel entonces carecían de expedientes en contra, las autoridades comenzaron a perfilarlos como los lugartenientes de “Douglas”.

La primera mención importante surgió en una investigación de la Fiscalía 11 de la Unidad Nacional Antinarcóticos y de Interdicción Marítima (Unaim), “con miras a determinar la conformación de la agrupación ‘La Oficina’”, dice una sentencia judicial del Juzgado 28 Penal del Circuito (radicado 2009-48593).

En las averiguaciones se constató que en la banda participaban, presuntamente, “Yiyo” (hoy recluido en E.U.), “Douglas” (en juicio), “El Compa” (en juicio), “Nito” (asesinado), “Kener” (capturado), “Jerónimo” (prófugo), “Marlon” (condenado), “Pichi” y “Barny”, entre otros.

El origen ilegal de estos dos últimos personajes se dio, indicaron fuentes oficiales, en la banda de “San Pablo”, cuya influencia se mantiene en el Popular, Manrique y Aranjuez (comunas 1, 3 y 4).
Las reseñas policiales indican que “Pichi” nació en Medellín, tiene 39 años, su oficio es comerciante y apenas estudió hasta quinto de primaria. También le dicen “Gordo” o “Gordolan”, y se presume que tiene línea directa sobre bandas del occidente y oriente de Medellín.

“Barny”, “Bebesaurio” o “Muñeco Rosado”, de 33 años, es bachiller y comerciante originario de La Merced (Caldas). Las autoridades lo investigan por ser un supuesto jefe de sicarios en la cofradía y encargado del tráfico de armas en el Valle de Aburrá.

Entre los alfiles de confianza de estos personajes estarían “Yordi”, “El Saya”, “Peluco” y “Chicho”, cabecillas de combos del nororiente de la ciudad.

Según Vásquez, “Pichi” y “Barny” “son los determinadores de la muerte de nuestros policías (Moreno y Castro)”. Agrega que ellos “son los verdaderos poderes por encima de ‘Sebastián’” (ver entrevista).
Al parecer se está gestando una rebelión dentro de “La Oficina”, en la medida que la estructura del supuesto líder Ericson Vargas, “Sebastián”, pierde fuerza. Esto se debe a las capturas de hombres clave como su hermano “Frank” y su socio “Beto”, ocurridas en febrero y mayo pasados. A eso se suma que “Sebas”, por quien se ofrece una recompensa de hasta 2.000 millones de pesos, anda más por fuera del país que adentro, de acuerdo con datos de inteligencia.

La situación estaría siendo capitalizada por “Pichi” y “Barny”, que pretenden escalar en la estructura y dominarla.

Las víctimas
La muerte de los policías no es el primer episodio de funcionarios por los cuales se investiga a los citados cabecillas.



El 25 de octubre de 2008, cuando estaba en el umbral de su casa del barrio Aranjuez, unos sicarios acribillaron al agente Rodolfo Gaviria, de 38 años. Trabajaba en el comando de la Policía Metropolitana y en su caso, dicen fuentes judiciales, habrían intervenido “Pichi” y “Barny”.

Así mismo, se les indaga por el asesinato de Jaime Henao, cuando este llegaba en moto a su vivienda de Manrique Central, el 16 de mayo de 2011. Era el coordinador del Grupo de Bandas Criminales del CTI de Medellín, y por este caso hay cuatro supuestos autores materiales detenidos.

También aparecen relacionados en varias interceptaciones telefónicas con las que la Unaim sustentó ante los jueces las capturas de “Douglas” y “Marlon”.

Por eso hoy son un blanco apetecido entre las agencias del Estado. “Tenemos en la ciudad un cuerpo élite, enfocado en objetivos de alto valor, eso surgió en un consejo de seguridad con el Presidente y el Ministro de Defensa, se definieron 50 personas de la Dijín, Dipol y otros organismos dedicados a judicializar a estos cabecillas”, señaló el secretario de Seguridad, Eduardo Rojas.

A este selecto equipo pertenecían Castro y Moreno, miembros del Grupo de Investigación Criminal de la Diran. El primero llevaba una semana en Medellín, el otro 18 meses, y los generales Pérez y Vásquez coinciden en que los mataron porque ya estaban cerca de ubicar a sus objetivos, una tarea que ahora queda en sus compañeros, para honrar la máxima de “el que es sabueso, es sabueso”.
Imágenes Adjuntas
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Última edición por camilocorrea; 25-07-2012 a las 16:37:37
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