2) El proceso de selección
La percepción general es que el proceso de selección de los realities es una gran farsa. Puede que en algunos formatos, donde es imprescindible tener algún talento, un ciudadano del común tenga la oportunidad de participar, pero en otros, evidentemente se trata de un casting de estética. “Ya quisiéramos ver en la ‘Casa Estudio’ a un feo o una gorda”, dice un lector. Lo increíble es que aún después de diez años, haya gente que se sigue presentando con una enorme ilusión.
3) Repetición de la repetidera
Fue razonable el éxito de estos programas en un principio, cuando en Colombia no se conocían y el impacto que causaron fue tremendo. Pero de ahí en más, cada uno ha sido un calco del anterior. Un poco más morbosos cada vez, pero en la sustancia son lo mismo. Más vergüenza aún causan las competencias fallidas entre los canales privados, que intentan darle la vuelta al formato para hacerle frente, pero que realmente es un fracaso.
4) Morbo excesivo
Desde el principio, el morbo de ver a un grupo de personas bonitas encerradas en una casa o ‘abandonados’ en una isla fue el motor de estos programas. Sin embargo, siempre se mantuvo un ‘norte’, que era, por supuesto, ganar la competencia o mostrar un talento. Pero ahora los esquemas se cambiaron y al parecer lo fundamental es justamente el morbo que logren generar. “Que tengan romances entre ellos, que haya hipocresía, que salgan casi desnudos y manipulen a los colombianos con su parte sensible, pienso que lo hacen para subir el rating”. Usted piensa bien, querido lector.
5) El melodrama de la eliminación
“El show de hacerse pasar por la persona mas desgraciada del país con la peor suerte para generar lástima. El publicar la intimidad de las personas, donde los participantes cuentan a millones de televidentes sus problemas personales, sus miedos, sus angustias, en fin”. Esa es la reeditada escena de retirada. No sobra, por supuesto, la llamada de la mamá, la nota con la gente del pueblo que lo espera y la hipócrita despedida con los compañeros.
6) El ‘amor’ a primera vista
Es cierto que existe eso que llaman ‘mal de vereda’, un síndrome de atracción que da cuando después de una larga convivencia en un encierro lejos de la sociedad, todos se quieren ‘hacer’ entre todos. Pero de ahí al ‘amor’... aunque, como señala un lector, “algunos concursantes terminan encamados ya en la primera semana”, por favor, todos sabemos que eso no es amor, y cuando pretenden hacerlo ver así, es realmente ridículo.
7) "Colombia eligió": presentadores
Colombia no elige ni a sus gobernantes, y esta gente se atreve a decir en televisión nacional que “Colombia votó”, “Colombia eligió”, “Colombia ha decidido”, como si además se tratara de un asunto absolutamente trascendental para el porvenir de nuestra sociedad. Martha Barrios resalta “la ridiculez y la cara de suspenso que ponen los presentadores para leer un resultado como si todo un país se dedicara a votar por esos concursantes”.
8. Personajes estereotipo
- El mediocre o que no tiene talento, que es salvado por los mensajes de texto por lástima.
- El participante cizañero que busca sembrar *******ia entre los otros para pescar en río revuelto.
- La ‘buenona’ que aprovecha su condición para ganar.
- El participante de bajos recursos que dice que el concurso es su única salida del atolladero.
- Los jurados que creen saber de todo pero no saben nada.
9) La presentación al día siguiente en los programas mañaneros contando su experiencia
Es insoportable además, el tremendo cubrimiento que les hacen a estos programas. No basta con que ocupen el horario triple A, sino que además deben tener un espacio en cada sección de entretenimiento del noticiero y, cómo no, una larga entrevista en los programas mañaneros luego de la eliminación. Si ya ‘Colombia’ conoce la miserable intimidad de su vida, ¿qué más hay que saber?
10) La desaparición de los ganadores una vez el programa finaliza