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Denunciante Ultra
 |  Hollande, ¿«protegido» en Río por escoltas desarmados?
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 | Un olvido por parte del equipo de seguridad del presidente dejó a dos agentes sin sus pistolas durante la cumbre. Los escoltas que viajaban con el mandatario sí llevaban sus armas. Un oficial ha sido despedido  La seguridad personal del presidente François Hollande se ha convertido en un nuevo folletón con intrigas policiales, «alegrías» presidenciales, olvidos de armas en viajes oficiales e imperiosos, y despidos para justificar fallos garrafales. Cuando el equipo de Hollande llegó a Río, para participar en la reciente Cumbre de la Tierra, dos agentes del Grupo de seguridad de la Presidencia de la República (GSPR) se adelantaron para inspeccionar la zona y determinar el nivel de protección que necesitaría el jefe del Estado para asistir a la cumbre, tarea que realizaron sin necesidad de portar armas de ningún tipo, según informó uno de los responsables de la seguridad presidencial, Gilles Furigo, entrevistado por «Le Figaro». Los agentes confiaron en que sus compañeros les trajeran sus pistolas cuando se unieran a ellos en la ciudad brasileña. La sorpresa llegó cuando descubrieron que «alguien» había olvidado las armas de la avanzadilla, que suelen viajar en una maleta especial, y solo contaban con las que portaban los escoltas que acompañaban al presidente en el avión. Afortunadamente, no fue necesario recurrir a ningún arma para defender a Hollande de ninguna amenaza terrorista o criminal. Aún así, Furigo insiste en que el presidente estaba correctamente escoltado con los agentes que viajaban junto con el mandatario. Pero, de vuelta a París, el presidente montó en cólera. Y los responsables del GSPR se vieron forzados a investigar el olvido del equipo. Tras dos días de interrogatorios, un miembro del equipo ha sido despedido pura y simplemente. No es el primer incidente relacionado con la seguridad personal del jefe del Estado, aficionado a «romper» el protocolo de muchos desplazamientos, para saludar a los curiosos, «rompiendo el cerco» de los guardaespaldas que lo acompañan en todo momento. Con el debido respeto, la jerarquía del GSPR se ha visto obligada a comentar al presidente de la República los problemas prácticos que plantea su seguridad desde el punto de vista de la práctica policial. Durante sus viajes por provincias, ya elegido presidente, Hollande se ha «perdido» por pequeños mercados y pueblos «escapando» a la vigilancia muy estrecha de sus guardaespaldas. Sin duda, el presidente conoce mucho mejor esos pueblos que los responsables de su seguridad. Sin embargo, esas «escapadas» no tranquilizan en absoluto a los especialistas, condenados a prevenir y evitar todos los riesgos, en las situaciones más y menos imprevisibles.
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