Denunciante Ultra
 |  El penúltimo reto de Federer
Calificación: de
5,00
 | "Lo que aprecio mucho es la longevidad al más alto nivel. Cuando gané mi primer Wimbledon, en 2003, y cuando alcancé el número uno del mundo por primera vez, en 2004, tuve la suerte de observar a otros atletas que estaban haciendo lo mismo que yo acababa de hacer pero durante muchos años, gente como Tiger Woods, Michael Schumacher o Valentino Rossi. Me inspiraba contemplar a otros deportistas realizar algo excepcional. Pensaba: '¡Oh, Dios mío, no sé cómo lo hacen!' Así que estoy muy orgulloso de haber sido capaz de mostrar consistencia al más alto nivel durante mucho tiempo, porque no solía ser famoso precisamente por eso".
¿Testamento o prólogo de un nuevo capítulo en su particular libro de los récords? La cita es de Roger Federer, en una entrevista concedida a la agencia Reuters en vísperas del torneo de Wimbledon, que abren mañana Novak Djokovic y Juan Carlos Ferrero.
El hexacampeón ha robado el protagonismo a los dos hombres que le preceden en el ranking, al serbio, defensor del título y número uno del mundo, y a Rafael Nadal, que busca su tercer título en el All England Club tras su séptima victoria en Roland Garros.  A poco más de un mes de cumplir 31 años, Federer, que ha perdido en cuartos de final en las dos últimas ediciones del torneo y cuyo último título sobre la hierba londinense data de 2009, busca igualar los siete entorchados de Pete Sampras y William Renshaw y, de paso, rescatar el número uno del mundo, del que fue descabalgado por Rafael Nadal en junio de 2010, en la que es hasta ahora su última etapa al mando de la competición. Con 285 semanas acumuladas con la más preciada de las etiquetas, se encuentra a sólo una de las que sumó Sampras, el más longevo de los hombres que se sostuvieron en el ático. En las próximas semanas tiene a mano saldar sus últimas cuentas con la posteridad. La disputa de los Juegos en Wimbledon le pone a tiro el oro olímpico. Cuarto en Sydney, donde cayó ante Arnaud di Pasquale en la lucha por el bronce; eliminado por Tomas Berdych en la segunda ronda de Atenas y por James Blake en los cuartos de Pekín, ha de consolarse de momento con el triunfo en dobles junto a Stanislas Wawrinka en la capital china. Sobre hierba, y al mejor de tres sets, sus opciones se multiplican, pese a las reservas que despierta la derrota ante el veterano Tommy Haas en la reciente final de Halle. Apto aún en las distancias cortas, como atestiguan sus siete títulos desde el pasado verano, entre ellos la sexta Copa Masters, ha perdido crédito en los majors, donde su final más reciente data del Abierto de Australia de 2010, cuando logró el decimosexto de los grandes. En los últimos dos años presenta un balance descorazonador de un solo triunfo y seis derrotas cuando se ha topado con Nadal y Djokovic en los escenarios de mayor prestigio. No ha hecho falta tanto para hacer tambalear su poder en el pasto londinense. Tomas Berdych le detuvo en los cuartos de 2010 y Jo-Wilfried Tsonga volvió de dos sets adversos en idéntica ronda de la pasada edición. Todo ello otorgaría una relevancia excepcional a la séptima corona y el regreso a un lugar de sobra conocido, en el que permaneció 237 semanas consecutivas antes de que Nadal le desposeyese en agosto de 2008. El cuadro no arroja sobre él adversarios de auténtico peligro hasta una hipotética semifinal con Djokovic. Albert Ramos, Llodra, Benneteau, Simon y Tipsarevic irían desfilando hipotéticamente como preludio de su encuentro con el balcánico, a quien no vence en un Grand Slam desde las semifinales del Abierto de Estados Unidos de 2010. Dos veces más se encontraron después en idéntica instancia en Flushing Meadows, ambas con dos pelotas de partido para Federer. Inalcanzable el global de 108 títulos de Jimmy Connors (posee 74), demasiado tarde el improbable afán por llevar a Suiza hasta la Ensaladera y poco menos que remota la posibilidad de redondear los cuatro grandes en un mismo año, el tren de la Historia sugiere a Roger Federer una estación mucho más próxima. "Un séptimo título sería fascinante. Significaría alcanzar a Pete [Sampras], algo fantástico. Sueño con el título. No lo puedo negar".
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