Joachim Löw y sus ayudantes han detectado que las alineaciones se filtran antes de los encuentros. Un fenómeno que se viene produciendo desde la primera jornada.
Las alarmas han saltado en la concentración alemana, donde el ambiente de euforia creado tras la goleada y el espectacular juego desplegado por Alemania en su cuarto de final ante Grecia ha dado paso a una seria preocupación, especialmente dentro del staff técnico de la Mannschaft.
Joachim Löw y sus ayudantes han detectado que las alineaciones se filtran antes de los encuentros. Un fenómeno que se viene produciendo desde la primera jornada y que ha sido especialmente notorio en la de cuartos de final, donde horas antes de ser anunciado el once que se mediría a los griegos, ya se conocía en varios medios de comunicación. Lo llamativo es que en ese once había cuatro cambios, tres de ellos inesperados.
La inclusión de Schurrle, Reus y Klose, además del esperado regreso al lateral derecho de Boateng, fueron notificados a los propios jugadores en la mañana del partido, como ha revelado Schurrle. Y en el intervalo que va desde la confirmación de Löw hasta la comunicación oficial a UEFA, sólo los jugadores, sus esposas, amigos cercanos y los agentes de los mismos sabían quién formaría parte de el once que se mediría a los griegos. El propio Löw ha descartado que las filtraciones proceden del vestuario y ha señalado veladamente a los agentes de los futbolistas.
El capitán del equipo, Philip Lahm, ha sido contundente al respecto: "Todo el mundo debe saber que es lógico que un jugador comente con su mujer, su amigo o su agente si va a jugar o no lo va a hacer. Lo que no es normal es que comente el once entero. Tenemos que darnos cuenta que detrás nuestra hay una nación y filtrar las alineaciones antes de que se juegue supone una desventaja para Alemania. Es triste que ocurra esto y la persona que las está filtrando no se entera de cómo funciona esto. Espero que no se repitan las filtraciones por el bien de todos y especialmente por el de la selección".