Viendo estas espectaculares imágenes del Hubble me acordé de "2001 Odisea del espacio", una película de culto que he visto varias veces, emocionándome siempre con la elipsis que comienza en el hueso convertido en arma que el cavernícola arroja hacia el cielo, y mientras gira se transforma en una estación espacial, millones de años después, que gira al mismo ritmo.

Hemos conseguido mucho en tan poco tiempo, pero no hemos podido superar nuestra soledad. Miramos siempre al espacio en busca de respuestas, ¿por qué estamos aquí?, ¿hay otros como nosotros? ¿algún día podremos comunicarnos con ellos?

Hemos abierto una pequeña ventana hacia el universo y cada día encontramos nuevas historias que contar, maravillas que no imaginamos y nuevos interrogantes, pero seguimos solos y sólo nos cabe imaginar que en algún lado, otra civilización, tan angustiada como la nuestra, busca sin éxito respuestas similares. Muchos mundos incapaces de saber el uno del otro. Una multitud de ciegos solitarios en busca de compañía. Curiosa paradoja.