Las historias que les eh contado son reales, espero esta les guste es algo practicamente actual.
Apareció ella.. Una vecina de carita angelical... cubierta tan solo de una toalla detenida por el frente con sus mano y con la espalda descubierta hasta la comisura de las nalgas, la miraba desde la Azotea de la casa que acabábamos de adquirir, éramos recién llegados en el barrio y esa tarde me toco revisar El tinaco de Agua, pero la luz de su ventana llamo mi atención.. Me escondí acercándome para verla mejor era tan delgada y yo no me la podía perder, se quitó la toalla y se agacho para tomar sus prendas y vestirse enmarcando así con la ventana un cuadro hermoso de su delgado pero delicioso trasero empinado. Regreso hacia la ventana para cerrarla pero no me vio.
Desde ese día no dejaba de pensar en ella y su precioso cuerpo espigado su sexo no indicaba depilación alguna y contrastaba de manera maravillosa con su blanca piel, de vez en cuando me la encontraba por la calle pero de un buenos días o buenas tardes con la cara agachada no pasaba, siempre busque su mirada pero si la encontraba de inmediato la escondía, su condición humilde no le hacia ninguna justicia a su bello rostro y menos justicia le haría un marido bueno para nada con actitud de adolecente interesado tan solo en vagar.
Los días pasaban y aunque tranquilo de vez en cuando la recordaba y subía a la azotea a la hora indicada para tratar de encontrarla pero sin la misma suerte empezaba a obsesionarme desde que soñé que la tenía.
Un día llegando del súper fue cuando mi esposa me hizo un comentario al verla pasar con la misma estampa entristecida de siempre… “Pobre chamaca ya la viste” es la vecina de acá atrás no tiene ni para comer… ayer fui a comprar Pan y pidió al tendero 2 huevos 1 sobre de azúcar y 1 pan. Sentí que el corazón se me partía, ella pasando por aquellos problemas económicos y yo de Cabron Caliente viéndola con lujuria- entonces comento, le voy a decir que venga a ayudarme a la casa! Y así le ayudamos un poco ¿cómo vez? Pues si… si como tú quieras conteste haciéndome el desentendido. Mi corazón se alegraba de saberla tan cerca en mi casa nada más y nada menos.
Un buen día mi esposa me pidió que fuera a la casa de Cecy mi vecinita hermosa y que le avisara que no íbamos a estar por tanto no iría a apoyarnos, al saberlo ella de inmediato su sonrisa con la que me había recibido se borró sabedora de que no tendría nuestro apoyo económico, para lo cual reaccione de inmediato y saque de mi bolsa algunos billetes diciéndole toma cómprate algo bonito pero no le digas a mi esposa ni mucho menos a… tú ya sabes quién, esto es solo para ti, estiro sus manos diciéndome gracias Señor que dios lo bendiga! Con sus ojitos llorosos me abrazo y me apretó fuerte tallándome entonces sus tetitas respingonas… otra vez estaba yo de caliente...
Los días siguientes me miraba diferente, me soltaba sonrisitas discretas llenas de complicidad, seguía yendo a casa y empezaba a usar pantalones ajustados que le hacían ver increíblemente le realzaban unas nalgas realmente generosas proporcionales a su espigada esbeltez, su pendejo marido sabía que estaba mejorando y hasta pasaba por ella a la casa, eso me hacía rabiar a mas no poder además Estaba haciendo muy buena amistad con mi mujer, sentía que todo estaba perdido.
Entre a la casa un martes después de trabajar y mi esposa no estaba, entonces Cecy me recibió con una singular alegría, diciéndome su esposa esta con su mama me dijo que llegaría a las 10 le sirvo? “Claro que me súper sirves pero en la cama” pensaba y se me empezaba a enderezar el Fierro viéndola dirigirse a la cocina contoneando su delicioso trasero apretadito. La seguí diciéndole te ayudo a “calentar algo” mientras me hipnotizaba esa suculenta cola, entonces me dijo sin voltear ¡YA LO VI EH!? Cree que no me doy cuenta como me mira? Volteo y se acercó lentamente mirándome a los ojos, -entonces el tímido fui yo-
Me desea verdad? Pregunto mientras me agarraba de la cintura, usted me gusta mucho y ahora le voy a agradecer todo lo que ha hecho por mí, ella sola se desabotono su pantaloncito blanco sin dejar de verme se detuvo y no puedo decir lo que duro el delicioso beso que me daba mientras desabrochaba mi cinturón, saco mi verga que sufría ya por salir volteándose para que la penetrara desde atrás, me acomode y poco a poco se la fui metiendo su lubricación era suficiente para entrar sin mucho problema arqueaba su espalda subiendo los brazos para agarrarse de mi desde atrás de mi cuello con su nuca recargada en mi pecho, lo hacía despacito diciéndome Héctor… Héctor… me vuelves loca.
Yo solo mordía su espalda encima de su blusa mientras mis manos hurgaban debajo de su sostén, mientras cerraba los ojos concentrándome en sentir sus nalgas apoyadas en mí, ella continuaba penetrándose despacito sentía perfectamente cada pliegue de su interior, y entonces se desencajo de mi diciéndome esto es una probadita de lo que te mereces. Si tú lo quieres te espero al rato en mi casa a las 2:30 me mandas un mensaje y abro para que cuando llegues no toques la puerta y entres de inmediato voy a estar sola. Nos incorporamos y con las piernas tambaleantes me fui a la mesa donde ella me dejo servido para así retirarse.