Denunciante Bronce
| Un icono amenazado
Calificación: de
5,00 | Los koalas viven asediados.
¿Podrá Australia rescatarlos? Dos crías se abrazan en un hospital veterinario antes de ser confiadas a cuidadores humanos. Más adelante serán liberadas en la naturaleza. Encaramada a un árbol en Petrie, una ciudad situada al norte de Brisbane, una koala observa a la ayudante de fotografía Jess Hooper acercarse con una cesta, que le echará por encima si el animal baja antes de que lleguen los rescatadores. Los koalas suelen regresar a los árboles que consideran su territorio, explica la rescatadora Megan Aitken, «incluso si esos árboles se encuentran ahora en un jardín privado». Los koalas están siendo expulsados de localidades de Queensland como North Lakes, que hace 20 años eran tierras de labor y hábitat de fauna salvaje. Cazados sin piedad a principios del siglo xx, posteriormente recibieron protección y se recuperaron ligeramente. Hoy las poblaciones vuelven a caer en picado. Ray Chambers, del Centro de Rescate de Koalas de Sunshine Coast, echa la red a una hembra y su cría bajo la atenta mirada de Phil Siggers. La madre tenía conjuntivitis, común en los koalas. «Hay que ser delicado con ellos», dice Chambers, mecánico y cofundador de esta ONG del sudeste de Queensland. Megan Aitken, del equipo de rescate de koalas de Moreton Bay, envuelve con una manta a un joven macho que fue atropellado por un coche. El crecimiento urbano en el principal hábitat de los koalas provoca escenas como esta, dice, mientras el Gobierno ignora las advertencias: «Si no se protege a los koalas, asistiremos a su extinción en cinco años». Enjaulado provisionalmente por unos rescatadores de koalas, este macho estará más seguro cuando le hagan un chequeo, le pongan una marca auricular y un microchip, y lo lleven a un parque u otro lugar. Todos los años mueren o resultan heridos en la carretera cientos de koalas. Vicky Toomey, primera enfermera veterinaria del Hospital de Fauna Salvaje del Zoo Australia de Beerwah, coloca una protección de escayola a Harley, que ha sobrevivido después de ser atropellado por un vehículo. Atacado por un perro, un joven macho llamado Bruzer se recupera de una intervención quirúrgica en el Australia Zoo Wildlife Hospital, donde cientos de koalas son tratados cada año a causa de las lesiones infringidas por perros o automóbiles. Con los huesos faciales destrozados Bruzer sucumbió a las infecciones y otras complicaciones después de que los veterinarios intentaran reconstruir sus senos nasales. La cirujana Amber Gillett vigila a Sozzy, una joven hembra, mientras el animal despierta de una operación en el Hospital de Fauna Salvaje del Zoo Australia de Beerwah, en el norte de Brisbane. Al igual que otros centenares de koalas, «fue atropellada por un coche», dice Gillett. «Después de las enfermedades, los traumas por accidente de tráfico son la principal causa de muerte.» A pesar de una intervención quirúrgica de cuatro horas, Robyn Stenner, del Hospital de Fauna Salvaje del Zoo Australia, no ha podido salvar a Lauren, una hembra con el abdomen destrozado por unos perros. «Es una lesión habitual –dice–, pero siempre se te parte el corazón.»
__________________ "Aún hay vagos destellos de civilidad en este matadero salvaje que alguna vez fue la humanidad". |