Y justo cuando la silla cayó y sus piernas quedaron suspendidas en el aire, entendió cuánto quería vivir.
Noelia Anahí Sarabia
"Huyamos, los cazadores de letras estan aqu..."
Ana María Shua
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.
Alejandro Jodorowsky
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.
Augusto Monterroso
Cuando los malos narradores no saben que hacer con un personaje, lo suicidan sin piedad y
sin arte. Mi autor debe ser un desastre.
Ana María Shua
Salió por la puerta y de mi vida, llevándose con ella mi amor y su larga cabellera negra.
Guillermo Cabrera Infante
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones.
Juan José Arreola
Servicio meteorológico busca profeta.
Ana María Shua
Las funerarias viven a duras penas de los que mueren.
Mario Benedetti
Al caer la estrella se le corre un punto a la media de la noche.
Ramón Gómez de la Serna
El amor
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se
visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Julio Cortázar
¿Qué tan breve debe ser mi cuento? El editor responde: Así-de-breve.
Vladimir Peña
Gustavo es mi socio por mil razones, y ahora tengo que matarlo por una sola.
Joaquín Lara Rodríguez
De la nieve caída en los lagos nacen los cisnes.
Ramón Gómez de la Serna
Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea.
Augusto Monterroso
Al dormir, me doy vueltas en la cama para que el sueño me dore parejo.
César Fernández Moreno
Despertó cansado, como si un tren lo hubiera pasado por encima. Abrió un ojo y no vio
nada. Abrió el otro y vio las vías.
Norberto Costa
Hoy he amanecido como siempre, pero con un cuchillo en el pecho.
Joaquin Leguina
Una persona es lo que cree ser, lo que los demás opinan que es y lo que realmente es.
Nunca pudimos saber quién cometió el asesinato.
Carmen Peire
Mi corazón te espera. Es lo único que queda de mí, estoy dentro de otra. Búscame.
Beatriz Martínez Manzanares
Lo vio pasar en un vagón de metro y supo que era el hombre de su vida. Imaginó hablar,
cenar, ir al cine, acostarse con él, vivir juntos y dejó de interesarle.
Beatriz Pérez-Moreno