Respuesta: Historia del Día de los Trabajadores Pero quien hizo sonar la nota más alta, al dirigirse al juez Gary, fue Spies: "Si usted cree que ahorcándonos puede eliminar el Movimiento Obrero, el movimiento del cual millones de pisoteados, millones que trabajan duramente y pasan necesidades, y miserias esperan la salvación, si esa es su opinión [...] ¡entonces ahórquenos! Así aplastará una chispa, pero allá y acullá, detrás de usted y frente a usted y a sus costados, en todas partes, se encienden llamas. Es un fuego subterráneo. Y usted no podrá apagarlo. "Y ahora, estas son mis ideas. Constituyen parte de mí mismo. No puedo despojarme de ellas, y si pudiese, no lo haría. Y si usted cree que puede destruir esas ideas que están ganando más y más terreno cada día, mandándonos a la horca, si una vez más usted dicta pena de muerte a la gente por haber osado decir la verdad, entonces, ¡orgullosa y desafiantemente pagaré ese tan caro precio! ¡Llame a su verdugo! Las verdades que fueron crucificadas en Sócrates, en Cristo, en Giordano Bruno, en Huss, en Galileo,todavía viven. Ellos y otros cuyo número es legión, nos precedieron por este sendero. ¡Estamos listos para seguirlos!" Todos los alegatos de los acusados fueron inútiles. Como es sabido, el 9 de octubre de 1886 se dictó la sentencia de muerte. De acuerdo con una descripción del "New York Times" de aquellas fechas: "El rostro del juez Gary, al dictar la sentencia contra Spies, se estremecía convulsivamente [...] y cuando llegó a la palabra ‘ahorcado’, apenas pudo balbucearla, y con extrema dificultad pudo proferir ‘hasta que esté muerto’. Estas últimas palabras apenas fueron perceptibles." El hombre de letras más destacado de los EE.UU., William Dean Howells, escribió: "Nunca los he creído culpables de asesinato, ni de ninguna otra cosa como no sea de sus opiniones, y no creo justo el juicio en que se les declaró culpables. Este caso constituye la injusticia más grande que jamás haya amenazado nuestra fama como nación". |