Ver Mensaje Individual
Antiguo , 19:40:39   #1

Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 9
Me Gusta Recibidos: 2
Me Gustas Dados: 0
Ingreso: 26 mar 2012

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 0
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 0
Puntos: 591
DeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacularDeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacularDeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacularDeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacularDeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacularDeathMasterJ el Usuariox tiene un aura espectacular
  
Predeterminado De soldado ciego a montañista. [REPORTAJE REVISTA GENTE] Calificación: de 5,00

Los mejores licores


Esta historia muestra que el ser humano es capaz de superar cualquier adversidad. Reinaldo Torres quedó ciego a los 24 años en las selvas del Caquetá cuando un guerrillero le arrojó una granada. Después de un tiempo en el que se quiso morir decidió luchar y vencer. Sin sus ojos ha corrido la maratón de Nueva York, se ha enfrentado a las cumbres más altas de Colombia, tuvo un hijo y en este momento se prepara para subir al Everest. Si lo logra, será el segundo invidente en llegar al techo del mundo

El taxi se detiene al frente de la casa de Reinaldo Torres, al occidente de Bogotá. A los pocos minutos aparece en la puerta. Jean, tenis, chaqueta y gafas oscuras. Nada que pueda llamar la atención. Camina directo hacia el auto y no da tiempo a que le den indicaciones. Tampoco vacila. Se sube y dice –anticipándose a ese silencio incómodo que delata al que no sabe qué hacer– que solo necesita un hombro para apoyarse. Por lo demás, nadie se daría cuenta de que detrás de esas gafas hay unos ojos color café que no funcionan hace siete años.

–Se acaban de llevar a Owen. Me hubiera gustado que lo conociera.

Owen tiene tres años y medio. Es su único hijo y sabe que se parece a él por la nariz. Es la única herencia de sus rasgos mestizos, “de indio” –dice él– y esta vez se ríe. Saca su celular y en la pantalla aparece Owen sentado sobre sus piernas. Tiene la piel blanca, como la mamá. A veces le pregunta por sus heridas. Le toca la cara y luego le dice: “¿… y qué les pasó a tus ojos, papito?”.

–En la guerra, papá, en la guerra…

–¡Uy!, papito, pobrecito–. Luego el niño se entretiene armando y desarmando su bastón. Le encanta hacerlo porque se le parece a una espada.






Las lecciones de la selva

Reinaldo no piensa mucho en el pasado, pero cuando lo hace es capaz de describir colores y olores con una exactitud fotográfica. Lo último que vio en su vida fue un desorden de camillas en el Hospital Militar, en Bogotá. Habían pasado dos días desde que un guerrillero, en las selvas del Caquetá, le arrojó una granada. El 15 de octubre de 2004, la brigada a la que pertenecía logró tomar un campamento de las Farc en El Billar, la misma vereda donde, en 1998, secuestraron a 43 soldados. Ahí estaba Reinaldo, ahí explotó la granada y ahí empezó a quedarse ciego. Llevaba algo más de año y medio como soldado profesional. Era la primera vez que se internaba en la selva. Estaba acostumbrado a andar y en medio de las interminables caminatas, se repetía que de algo le había servido salir de su casa, en el Huila, a los 15 años, a recolectar café.

En el Ejército lo llamaban ‘el Chavo’ porque no se quedaba callado cuando se lo ordenaban sus superiores. Era bullicioso, enérgico, respondón y tenía madera para el combate. Pero el día en que perdió sus ojos, se equivocó. Llevaba sobre sus hombros, semanas enteras de enfrentamientos. La orden era darle un ‘revolcón’ a la selva del sur del país. Reinaldo sabía que entre más cerca estuviera de ese otro mundo que conoce la guerrilla a la perfección, también, más cerca, estaba de la muerte. Pero ni las pesadillas lo atormentaban. Solo una vez, sacando a unos muertos, le brotaron las lágrimas.

En El Billar, los combates empezaron a las 9 de la mañana. El Ejército llevaba tres arremetidas y en la cuarta, todo cambió. Reinaldo –que tenía 24 años– era el último de una fila dispuesta en forma horizontal, que avanzaba de frente al campamento. No tenía protección. Así funciona.

–Mi error fue haberme adelantado. Les di silueta a los guerrilleros. ¿Me entiende? Les di papaya…

Primero sintió un disparo en su brazo derecho y después la explosión de la granada. Quedó aturdido. Veía borroso y no sentía parte de la cara. Buscó a tientas el fusil y cuando pudo llegar a donde estaban sus compañeros, uno le gritó: “Ay ‘chavito’, lo jodieron”. Ahí recibió otro balazo. Después vendrían dos amaneceres agónicos. Vio pasar frente a él a decenas de soldados, las ráfagas se le hicieron interminables y su brazo se empezó a pudrir. Luego, todo se apagó. Hoy –cuando recién acaba de cumplir 30 años– dice que le quedan los recuerdos, pero que ya no se atormenta. No olvida, por ejemplo, lo que hacía cada uno de los soldados de su batallón, horas antes de que empezara el combate. Tampoco, el verde de la selva.






En busca de la luz


La oficina del coronel Gabriel Cardona queda a tan solo seis cuadras de la casa de Reinaldo. Hace 11 años que perdió su pierna izquierda y a pesar de eso ha corrido las competencias atléticas más importantes del mundo. Es una especie de papá para los heridos en combate y por eso su oficina es un hervidero de gente.

Allá llegó Reinaldo, poco después de los 20 días que duró desconectado de la realidad y de que su familia autorizara que le sacaran uno de sus ojos. El otro –al que se le había desprendido la retina–, lo operaron tres veces sin éxito. “Atrás quedó el joven que amaba jugar billar, la rumba y las mujeres”, dice, sin ningún asomo de amargura, sentado en una silla de la cafetería de un gimnasio donde hace ejercicio tres veces por semana. Pero atrás también quedó ese infierno que vivió durante los primeros tres meses cuando, sin falta, a las 4 de la tarde, le entraban unas ganas incontrolables de llorar.

Reinaldo necesitaba correr. Eso lo supo, cuando en plena rehabilitación lo pusieron a caminar sobre una banda. Era lo único que le hacía olvidar su ceguera. Por eso conoció a Cardona, que estaba al frente de la liga de atletismo de los heridos en combate y le pidió que lo aceptara. “Sonó más a una imposición, así es él”, dice el coronel. El problema era que hasta el momento, ningún soldado ciego se había atrevido a correr en competencia. Reinaldo insistió y le pusieron un soldado como lazarillo, al que debía permanecer amarrado con una cuerda. No era deportista, pero estaba animado porque, además, se había enamorado y era correspondido.

La primera carrera fue en Medellín. Corrió cinco kilómetros, pero se cayó a 200 metros de la meta porque su guía no le avisó que en el piso había un reductor de velocidad. A Reinaldo no le importó y la terminó con sus rodillas ensangrentadas. Luego siguió con la Media Maratón de Bogotá y después quiso más. Le exigió a Cardona que lo llevara fuera de la capital y corrió. Cali, Bucaramanga, Villavicencio… Hasta estuvo en unos Juegos Nacionales para ciegos en Manizales, donde ganó una medalla de bronce.

–El coronel no creía que pudiera. Es que en las personas ciegas no creen–. Pero eso fue cambiando con el tiempo. Hoy, el coronel Cardona afirma que Reinaldo no es un discapacitado. “Está ciego, pero no más”.






Comentarios Facebook

DeathMasterJ no está en línea   Responder Citando

compartir
                 
remocion sep Gold sep Silver sep Donar

marcaNo Calculado   #1.5
SponSor

avatar
 
Me Gusta denunciando
Estadisticas
Mensajes: 898.814
Me Gusta Recibidos: 75415
Me Gustado Dados: 62988
Fecha de Ingreso: 02 jun 2006
Reputacion
Puntos: 1574370
Ayudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen camino
emoticon Re: De soldado ciego a montañista. [REPORTAJE REVISTA GENTE]

 
Los mejores licores
 
   
   
_______________________________________________
Publicidad :)
conectado
 
Page generated in 0,07171 seconds with 12 queries