Esa es una costumbre antiquísima de llevarnos a un burdel a ver si somos machos, yo pasé por esa y a un hijo también se la apliqué.
Las putas son damas que ese su trabajo y hay que respetarlas.
Cuando me llevaron estaba cansado de cogerme a una prima que vivía con nosotros, de bolas que me hice el pendejo, mi papá y mi tío me llevaron y yo cagado de risas.