El primer ministro ruso, Vladímir Putin, sospecha que algunas potencias occidentales buscan derrocar el régimen iraní aprovechando la situación en torno al programa nuclear persa.

“Tales sospechas existen. Yo también creo que bajo la tapadera de la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva algunos países están intentando derrocar al régimen” del presidente Mahmud Ahmadineyad.

El primer ministro y candidato a la presidencia hizo estas afirmaciones durante una visita de inspección al centro nuclear ruso de Sarov, donde también subrayó que Rusia coincide con otros países en su oposición a que “Irán se convierta en una potencia nuclear”.

En realidad, existe cierta incertidumbre en torno al desarrollo de las tecnologías nucleares en la República Islámica. Teherán sostiene que su programa tiene carácter pacífico. Incluso un informe clasificado de la inteligencia estadounidense confirma que Irán abandonó sus esfuerzos por construir una bomba nuclear ya en 2003. Según el informe, aunque Irán realiza una investigación que le puede llevar a niveles suficientes de desarrollo como para conseguir armas nucleares, la República Islámica no tiene ese propósito.

Por eso algunos expertos consideran que en realidad el conflicto entre Occidente e Irán es en torno al crudo persa mientras que el programa nuclear podría ser utilizado como un pretexto para un posible ataque militar por parte de Israel, por ejemplo.

Washington ya ha impuesto sanciones contra el Banco Central de Irán y la Unión Europea ha aprobado un embargo al petróleo iraní, aunque estas medidas pueden afectar más a Europa que frenar el desarrollo de la energía nuclear en aquel país, según los especialistas.