Respuesta: El antiliberalismo del procurador Cada quien es libre de tener sus creencias y los demás deben respetarlas en una sociedad donde debe primar la tolerancia hacia las ideas ajenas. El Estado, como máximo garante de la armonía social, debe velar porque este principio sea acatado por todos.
Para ello debe procurar que la Constitución y las leyes sean obedecidas por todos. Al procurador se le respeta sus profundas creencias religiosas, pero como funcionario es el representante en su caso, de la sociedad y así debe comportarse.
Uno de los poderes del Estado ya se pronunció sobre el aborto y lo permitió en tres casos. El procurador debe limitarse a obedecer la sentencia ý vigilar que se cumpla por los funcionarios estatales. Controvertirla rompe la regla de oro de la imparcialidad del Estado que es laico y no religioso. Nos representa a todos y no a una parte por importante que ella sea.
Igual se puede decir de la homosexualidad, minoría que debe ser respetada, como también las que profesan creencias diferentes a la religión católica o los que por su color difieren de las etnias dominantes en nuestro país.
Aunque en el tema político ha sido ponderado, declarando responsabilidades a izquierdistas y derechistas, su fundamentalismo religioso pone en peligro su gestión, al buscarle esguinces a la ley para favorecer sus propias creencias.
Como lo señala Salomon Kalmonovitz, es insólito que este funcionario, lejano de los principios liberales, sea apoyado por el partido que se dice representar estos ideales. Colombia merece una explicación. |