Mockus acepta aliarse con Petro
Difícil entender a Mockus. Uno sabe que el tipo es honesto, pero de verdad, no de dientes para afuera como muchos. No lo creo capaz de robarse una aguja. En eso es fundamentalista y por ello, en un país donde robar es igual que rezar, se le puso en un altar porque no parece de este mundo y más si se le ve la pinta de alienígena que se manda.
Por eso extrañan sus contradicciones.
Cuando le puso la zancadilla a Peñalosa por haber aceptado la ayuda de Uribe, tocó hacer de tripas corazón para entenderlo porque eso se tiraba el proyecto del Partido Verde. Y cuando estaba a punto de convencernos de que era lo correcto comenzó a pensar que tal vez se lanzaba a la alcaldía. ¿Entonces era simple oportunismo? Por fortuna se unió a Gina Parody y su generosidad le volvió a ganar puntos.
Ahora vuelven las dudas. ¿Cómo así que su esposa. Adriana Córdoba, es la nueva Veedora Distrital? No es que sea censurable, pero con Gina Parody habían quedado en hacerle una oposición seria a Petro, pero ahora prefiere desconocer este pacto y favorecer el lanzamiento de Adriana a la arena política.
Las razones que aduce es que lo mejor para Bogotá es vigilar a Petro por dentro y la Veeduría es el órgano ideal pues va a estar pendiente del gabinete distrital y aunque no tiene dientes para sancionar, sí puede escudriñar, investigar y evaluar todo lo que se proyecte y haga en el Palacio Liévano.
Pero queda en la atmósfera la queja de Paul Bromberg que no aceptó el cargo porque Petro quería que le nombrara como segundo a bordo a un amigo suyo, quien ni siquiera tenía los requisitos para posesionarse. Esto daba por hecho que la veeduría sería controlada por Petro lo que dejaba un mal sabor.
Conociendo a Adriana y al propio Antanas no lo creo. Habría que ver si Adriana nombra al recomendado de Petro o deja a salvo la independencia de la Veeduría. El hecho es que Mockus entró al gobierno distrital a través de su esposa Adriana y que el rompimiento con Gina Parody es un hecho.
Para entender a Mockus hay que hacer un mapa. Todos sabemos que quiere el bien de Bogotá y la conoce como pocos. Hoy le apuesta a su esposa que comienza con este cargo una carrera que seguramente apunta dentro de unos años a la alcaldía. Es una mujer inteligente, capaz y transparente que salta al ruedo.
Pero como diría Mafalda, le queda a uno una basurita en el ánimo.