Un hombre trabaja en la restauración de su carro Simca Aronde del año 1957, de fabricación francesa, en una calle de La Habana, Cuba.

Por primera vez desde la revolución de 1959, los cubanos tienen ahora el “derecho” a comprar y vender coches en una esperada reforma, que se “logró” bajo la presidencia de Raúl Castro, en lo que se ha llamado “otro paso hacia una mayor libertad económica en la isla de gobierno comunista”.

Cubanos y extranjeros residentes ahora pueden hacer con sus carros lo que quieran, “sin ningún tipo de autorización previa de ninguna entidad”.