Murió Luis Alberto Spinetta. El rock argentino y de otros lados está de luto. Tenía un cáncer de pulmón y 62 años. Las cadenas de televisión argentinas repiten sus recitales, los digitales abren con la noticia y los demás miramos y leemos detalles de su vida. Se fue con la música a otra parte. Él sabe a dónde. Descanse en paz.

“El flaco”, como le conocía Argentina y buena parte de América Latina, era un hombre delgado, de palabra fácil pero, por encima de todo, un hombre libre, un creador. Considerado uno de los padres del rock argentino, Spinetta marcó a su generación y dejó la huella de su música en las siguientes. Su álbum “Artaud” (1973), en homenaje a su idolatrado poeta francés, rompió el molde tradicional del diseño de las fundas cuadradas de cartón. También logró, en varias ocasiones, ser el más votado como el mejor disco de rock argentino. El LP, como se conocía entonces al vinilo, se editó cuando el músico ya formaba parte de “Pescado rabioso”, una de las bandas que fundó. “Almendra”, “Invisible”, “Banda Spinetta”, “Spinetta Jade” o “Spinetta y los socios del desierto” son otros inventos suyos.

Rockero indiscutible hizo jazz, pop y bandas sonoras de películas como la de “Fuego gris” de Pablo César. Tocó con Charlie García, Fito Paez, Gustavo Cerati y con cualquiera que demostrara talento con la música. A éste último, en coma desde hace más de un año, le dedicó las últimas navidades un poema en el que se refería al cantante de Soda Estéreo como el, "Angel inquieto que sobrevuela la ciudad de la furia".

El primer álbum del Spinetta vocalista, compositor y lo que se le ocurriera, fue con Almendra en 1969. El último, grabado en vivo, en el 2010, lo tituló “Spinetta y las Bandas eternas”. Entonces, volvió a entonar aquella estrofa de, "No queda más que viento". Hoy, no sonaría bien.