Harvey Keitel
El actor: Vivo y bien, pese a lo mucho que ha castigado su hígado y su tabique nasal, el bueno de Harvey ha puesto su cubista rostro al servicio de Martin Scorsese, Abel Ferrara (fue el primer Teniente corrupto), el fallecido Theo Angelopoulos y... Fernando Colomo, que le enfrentó a Miguel Bosé en El caballero del dragón.
Nominaciones: Una. Y a ver si adivinas por qué película fue: ¿por Taxi Driver? Frío, frío. ¿Por Malas calles? En absoluto. ¿Por Teniente corrupto, entonces? Nanai: a Keitel lo nominaron por Bugsy, el megalómano desastre mafioso pergeñado por Warren Beatty a mayor gloria de su ego y su relación con Anette Bening.
Harrison Ford
El actor: Ex carpintero, y ex 'víctima' de George Lucas, Ford no es sólo un sex symbol madurito, pero presentable, y uno de los iconos del Hollywood moderno. También es un piloto de helicóptero muy competente y, dicen, un señor muy desaborío.
Nominaciones: Una. Y menos mal que fue por Único testigo (en 1986), uno de sus mejores papeles. Porque por lo que se ve, momentos como el "Te quiero - Lo sé" de El Imperio contraataca o epítomes de lo cool como las tres primeras películas de Indiana Jones no tienen mérito alguno para los académicos.
Johnny Depp
El actor: Si el apodo no estuviese ya cogido por David Bowie, a este señor eternamente joven (o eso parece) le llamaríamos "Camaleón", como su personaje de Rango. El mejor amigo de Tim Burton puede ser irregular, histriónico y todo lo que se quiera, pero también es uno de los mejores actores de este planeta. Nominaciones: Tres. Y, aunque Eduardo Manostijeras o Ed Wood no se hallen entre ellas, podemos admitir que fueron por tres de sus mejores trabajos: Sweeney Todd (como no cantaba, Daniel Day-Lewis acabó triunfando por Pozos de ambición en 200, Descubriendo nunca jamás (ganó Jamie Foxx por Ray) y Piratas del Caribe en 2004, perdido ante el Sean Penn de Mystic River. Sí, Jack Sparrow estuvo nominado y no salió corriendo con la estatuilla en la mano. Qué cosas. Albert Finney
El actor: De intérprete shakespeariano, a icono del Free Cinema británico (gracias a la tremenda Sábado noche, domingo mañana) y, de ahí, a secundario de lujo en Hollywood y mejor intérprete del detective Hécules Poirot. No está mal para un chavalote de Manchester, ¿verdad?
Nominaciones: Cinco. La primera fue por Tom Jones en 1964, perdida ante Sidney Poitier, que competía por Los lirios del valle. Y la última, en 2001 por Erin Brockovich (Benicio Del Toro le arrolló por Traffic). Pero la mayor injusticia, a nuestro entender, es que no se molestasen en nominarle por su papelón en Muerte entre las flores.
Tom Cruise
El actor: Vale, da mucha rabia. Su imagen pública es cuanto menos cuestionable, lo de la Cienciología dejó de hacernos gracia hace mucho tiempo, y qué decir de su forma de saltar sobre los sofás. Pero admitamos que, cuando se toma en serio eso de actuar, el señor esposo de Katie Holmes da mucho juego. Nominaciones: Tras sobreponerse a la losa de sex symbol de guardia que le acompañó durante los 80 (con títulos como Cocktail, apañado iba), Tom ha sido nominado tres veces. A saber: por Nacido el cuatro de julio (Daniel Day-Lewis, que competía por Mi pie izquierdo, le sacó más partido a la silla de ruedas), por Jerry Maguire y también por Magnolia. Se ve que lo de "¡Seduce y destruye!" no funciona con los hombrecitos dorados. Edward Norton
El actor: Tan carismático ante la cámara como insoportable (dicen) detrás de ella, Edward prometía muchísimo en sus inicios. Pero últimamente no da una, entre directos desastres (Stone) y rifirrafes con Marvel para que le devuelvan el papel de Hulk. Nominaciones: Dos. Edward figuró entre los candidatos a Mejor Actor de Reparto por Las dos caras de la verdad (1997: Cuba Gooding Jr. fue el ganador por Jerry Maguire) y aspiró al premio gordo en 1999 por American History X, perdiendo frente al Roberto Benigni de La vida es bella. ¿Y qué pasó con El club de la lucha? Pregúntale a Tyler Durden... Liam Neeson
El actor: Ex pintor de brocha gorda (y ex novio de Helen Mirren), Neeson dejó de ser un relativo desconocido gracias a Sam Raimi, que le cubrió de maquillaje protésico para Darkman. Desde entonces, es el irlandés más gallardo y más señor de la Meca del Cine.
Nominaciones: Sólo una, pero qué una. Liam se quedó a las puertas del Oscar al Actor Principal por La lista de Schindler, en 1994. Lástima que Tom Hanks hiciera valer la carta del discapacitado (enfermo de sida, en realidad) ese año por Philadelphia.
Steve Buscemi
El actor: Seguimos sin olvidarnos de los secundarios de lujo, ni tampoco de los feos. Y es que el bueno de Steve, con 125 títulos en su haber entre películas y series, es un rato largo de ambas cosas.
Nominaciones: Ninguna. Y eso que, el año pasado, ganó un Globo de Oro al mejor actor televisivo por Boardwalk Empire. Está claro que ser un intérprete de carácter no es ninguna bicoca cuando de los Oscar se trata, pero que no lo tuviesen en cuenta por Reservoir Dogs, Fargo o El gran Lebowski clama al cielo.
Robert Downey Jr.
El actor: De bandarra consumado a talento establecido, y de intérprete inestable (pero de verdad: las compañías de seguros se negaban a cubrir sus riesgos) a actor querido y conocido en todo el mundo. Pero, ¿le ha salido rentable esa metamorfosis en lo que a premios se refiere? Parece que no...
Nominaciones: Dos. Los dos separados por muchos años de distancia (con esa carrera, casi que normal), y las dos por papeles impresionantes. La primera fue por Chaplin en 1993, añadiéndose el insulto de perderla el hecho de que el ganador fuera Al Pacino por Esencia de mujer (uno de esos Oscar que se dan "porque hay que darlos"). Su segunda candidatura fue en 2009 por Tropic Thunder y, por divertido que fuera su papel, a Robert no le importó perderla: el ganador fue Heath Ledger, que recibió un premio póstumo por El caballero oscuro.