El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ha anunciado este miércoles que Moscú se opondrá a toda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que suponga avalar una intervención militar en Siria. «Si alguien tiene la intención de usar la fuerza a cualquier precio, he oído llamamientos a enviar tropa árabes a Siria, difícilmente podremos impedirlo [...], pero no recibirá ningún mandato del Consejo de Seguridad», ha asegurado.
En rueda de prensa en Moscú, el titular de Exteriores ha indicado que los Estados occidentales tratan de excluir del proyecto de resolución sobre Siria presentado por Rusia al Consejo de Seguridad el apartado que consigna que ningún punto del documento puede ser interpretado como pretexto para una intervención militar en ese país árabe. Y añadió que Rusia y China son solidarias en que la resolución sobre Siria debe contemplar el postulado de la no intervención de la ONU en los asuntos internos de ese país, así como el veto expreso a que el documento se emplee como aval para el uso de la fuerza contra el mismo.
Lavrov también ha explicado que Rusia, criticada recientemente por su venta de armas a Siria, no tiene ninguna intención de justificar sus acciones ante Estados Unidos. La Administración Obama trasladó a Moscú su preocupación por el hecho de que un barco ruso que transportaba presuntamente munición llegara a Siria la semana pasada procedente de San Petersburgo tras hacer escala en Chipre. «No consideramos necesario dar explicaciones o justificarnos, porque no estamos violando ningún acuerdo internacional o ninguna resolución del Consejo de Seguridad» de la ONU, ha defendido Lavrov durante su rueda de prensa anual.
Preocupación estadounidense
La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, había dicho el martes que Washington está «muy preocupado por el flujo de armas a Siria desde cualquier fuente». Según Rice, es una desgracia que no exista un embargo de armas contra Siria, donde según la ONU han muerto más de 5.000 civiles desde que en marzo comenzaran las protestas contra el presidente Al Assad.
Lavrov ve también «inadmisible» la entrega de armas a los grupos armados que se enfrentan a las fuerzas de seguridad gubernamentales. «Es un hecho que nadie puede negar: Siria recibe armas destinadas a los insurgentes y a los extremistas religiosos que se aprovechan de los movimientos de contestación para apoderarse del poder», ha denunciado, citado por la agencia RIA Novosti. «Es inadmisible y completamente contraproducente, ya que esto empuja [al país] hacia una espiral de violencia y nosotros defendemos el cese de toda violencia en Siria, venga de donde venga», ha afirmado el ministro ruso.
Lavrov se ha mostrado escéptico respecto a la posible introducción de una zona de exclusión aérea en Siria. «Nuestros colegas en Occidente lo están discutiendo», ha afirmado, dando por hecho que el asunto también está siendo abordado en el seno de la OTAN. El ministro ruso cree que una medida de este tipo no sería útil en el caso de Siria ya que «al contrario que en el escenario libio, Siria no ha usado a sus fuerzas aéreas contra ciudadanos pacíficos».
Las sanciones, una «desviación»
Lavrov ha dejado claro, igualmente, que Moscú no considera legítimas las sanciones unilaterales que algunos países occidentales han impuesto contra el régimen de Al Assad. «Las sanciones unilaterales son siempre una desviación de los esfuerzos colectivos de Siria [...] si alguien quiere usar el Consejo de Seguridad de la ONU, es necesario discutir todo allí, necesitemos o no sanciones [...] y qué métodos al margen de sanciones emplear», ha indicado.
«Para nosotros todo está muy claro: no respaldaremos ninguna sanción, porque las sanciones unilaterales fueron impuestas sin consultar con Rusia ni con China», ha insistido el ministro.
ABC