Hola que tal, soy Alexa y quiero comentarles lo que viví esta semana al estar una tarde en casa, mi hijo se fue a la Ciudad de México con unos amigos a un concierto y después de una linda mañana laboral, la cocinera y la sirvienta se fueron temprano a las cinco de la tarde, subí a darme una ducha y me puse para estar en casa de floja solamente un mini vestido de tela caída que se pega al cuerpo, medio escotado por la espalda y al frente estilo halder, o sea con solo dos tiras que abrazan los hombros pero que dejan ver generosamente mis bubis, un vestido que me llega abajito de las nalgas y unas sandalias, me puse además un suéter pues sentí algo de frio, cerca de las seis quince de la tarde sonó el timbre de la casa y pregunte quien era por el interfon y eran dos seminaristas con sotana que andaban realizando su labor de evangelización como tributo a su próxima ordenación sacerdotal, Salí a verlos y me encostre a dos chicos altos atractivos y uno de ellos rubio, pero muy rubio de ojo verde y la verdad me encanto mucho, el otro de piel apiñonada pero igualmente atractivo, se identificaron ante mi y me explicaron que hacían y me dijeron que mi amiga Laura les había dado mi dirección y como yo en lo personal estaba aburrida y no tenia nada que hacer, los invite a pasar y a platicar un momento, entramos a la sala y les invite un refresco y no aceptaron, me platicaron sobre su evangelización y me dieron unos folletos de lo mismo, tratando siempre de la forma mas decente de ser amables y amenos en su platica, me explicaron también que a mediado de este años se ordenarían como sacerdotes, yo estaba sentada frente a ellos y obvio mi corto vestido dejaba ver mis muslos, me di cuenta que ambos me observaban con disimulo, les comencé a preguntar que si en verdad estaban decididos a ser sacerdotes y me dijeron que si, que el por eso les habían pedido realizar evangelización y era una prueba de su vocación, interrumpí la platica y les dije, hace algo de fresco, voy a poner la calefacción y les voy a servir un café y no acepte su negativa, al descruzar mis piernas deje que me vieran el pequeño triangulo de mi diminutiva tanga y me levante para poner la calefacción un poco alta, fui a la cocina y les prepare un café, regrese con el café y les pregunte si no les afectaba que fumara, prendí un cigarrillo, me senté y cruce mis piernas dejando ver nuevamente mis muslos, mas tarde me dijeron que se sentía calor y obvio era por la calefacción alta y les dije efectivamente hace calor y les dije, no les afecta que me quite el suéter , me levante y me lo quite, ellos observaron mis bubis que se notaban demasiado por el escote y las tiritas de mi vestido, dejando se notaran mis parados pezones, me senté y les dije, con confianza si tienen calor, se pueden quitar su sotanas, ellos se negaron, pero no dejaban de observar mis bubos y mis erectos pezones, me sentí húmeda y medio excitada, me levante y les dije que si querían más café, estirándome para tomar sus tazas y por supuesto para dejarles ver mas mis bubis, ellos dijeron que si, fui y les serví más café y les dije que les daría una galletas que tenia en la parte alta de la cantina, puse un banco y me subí para bajar la caja de galletas, dejando que me vieran mis casi nalgas desnudas, eran las siete treinta de la noche y en seminarista moreno dijo, tengo que ir antes de que comience la misa, me retiro, pero se queda mi compañero para continuar platicando con Usted, le dije que no había problema y salí a dejarlo, regrese y me senté frente al rubio y ya mas descaradamente y con disimulo dejaba mis piernas abiertas, me pidió un baso con agua y me levante abriendo descaradamente mis piernas, fui por el agua y se lo di y me dice señora es Usted muy bella, le di las gracias y le dije, hace calor verdad y me dice bastante, lo tome de la mano y le dije, haber déjame ayudarte a quitar esta sotana que te acalora y sin dar oportunidad de nada le comencé a quitar la sotana viendo que tenia un gran bulto entre sus piernas, el todo apenado no dijo nada y trato de voltear para no mostrar su erección, me senté junto a el y le dije, tranquilo no pasa nada y le puse una mano en su rodilla y le dije nunca haz estado en una situación así con alguna mujer y me confeso que nunca, que desde pequeño estaba en el seminario y estudio secundaria, prepa y el sacerdocio en el mismo y que la verdad era señorito y además no quería pecar ni mucho menos dejar de profesar el sacerdocio, subí mi mano por su pierna para llegar a tocar su gran bulto, el puso su mano sobre la mía intentando quitarla y le dije al oído, tranquilo n pasa nada, solo déjate hacer apretándole su rica verga y metiéndole mi lengua en su oído, que fue lo que le quito toda clase de oposición y se dejo llevar por mis caricias, le desabroche la camisa, se la quite y le quite la camiseta dejando ante mi un toroso musculoso, marcado y exquisitamente juvenil y sin haber pecado, le desabroche los pantalones y se los quite dejándolo solo en bóxer con una gran erección, lo bese en la boca y sin ninguna experiencia me correspondió a mi beso, tome sus mano y las pues sobre mis bubis, no sin antes dejarlas desnudas y quitarme mi diminutivo vestido, quedándome solo en tanga, pegue mi cuerpo a de el y sobre su bóxer tome su verga y le puse sus manos en mis nalgas, lo volví a besar en la boca y me separe tomándolo de la mano nos subimos a mi recamara y lo llevé a la cama y lo acosté, lo puse boca arriba con los brazos abiertos y le ordené que no me tocara o besara hasta que le dijera, él me dijo: qué me vas a hacer y le dije que le iba a ser sentir lo mejor del mundo, me dijo que tenía miedo y me volvió confesar que era virgen, y se dejó llevar por mis órdenes. Lo comencé a besar por todo el cuerpo y le restregaba el mío por el suyo, le bajé el bóxer con los dientes y salió de un salto su enorme y grueso pene, lo agarré entre mis manos y lo comencé a masturbar lentamente, él respiraba fuertemente y se retorcía de placer, luego me lo llevé a la boca y lo comencé a lamer, primero la cabeza y bajé hasta el tronco, luego sus bolas y me inspiré en la parte esa de piel que está debajo de las bolas y antes del culo. Dándole además ricos besos negros. Cuando estaba en el clímax total me metí todo su miembro y se lo chupé hasta que me descargó toda su cálida leche en mi garganta. Me acosté a su lado y le dije que era su turno.
Comenzó con un beso muy cálido y apasionado, mientras me agarraba las tetas, luego bajó a ellas y las comenzó a lamer y chupar, me las masajeaba y mordisqueaba con mucha dulzura, luego bajó besándome el vientre mientras me quitaba la tanga, dejándome completamente desnuda ante sus ojos, me abrió las piernas al máximo y comenzó a besarme mi mojada y depilada conchita, luego con sus dedos, separó un poco y me metió la lengua y empezó a jugar con mi clítoris a la vez que con un dedo me penetraba, yo ya estaba muy caliente y gemía desesperada, luego metió dos y hasta tres dedos aumentando sus movimientos y a lo que sentí su lengua otra vez dentro de mí me corrí en su boca llenándosela de mis líquidos vaginales.