"Pekerman llega para dar buen trato al balón y estar en Brasil 2014

Por: JORGE BARRAZA PARA EL TIEMPO | 6:18 p.m. | 06 de Enero del 2012

La llegada del argentino para la Selección implica mantener la escuela del buen trato de balón.

Por los técnicos hablan sus equipos. Lo demás es retórica, márketing, autopromoción. La última imagen nítida de José Pékerman es la de Argentina frente a Alemania, en cuartos de final del Mundial 2006, con la 'albiceleste' toqueteándole la pelota al cuadro de Klinsmann, superándolo con autoridad en el primer tiempo. Finalmente empataron 1 a 1 y Alemania se impuso en definición por penales. Fue el último gran partido argentino a nivel internacional.

Nadie puede estar de acuerdo ciento por ciento con un entrenador (ni con un periodista). Uno hubiese puesto frente a los tanques germanos a Lionel Messi, que ya era un genio, tenía 19 años y se salía de la vaina por entrar y romperla. No creemos en la teoría de "la excesiva juventud". Los jugadores se miden por rendimiento, no por edad. Si con 17 años Pedro es más que Juan, que suma 28, debe jugar Pedro. Si Vicente Feola hubiese pensado en lo demasiado joven que era Pelé, Brasil no hubiera ganado el Mundial '58.

Tampoco hubiésemos llevado al mismo arquero. Pero son matices, disensos puntuales. José Pékerman es, tal vez, el mejor técnico posible para Colombia, hoy. El hincha tiene que estar feliz, es el entrenador que mejor lo va a representar: Pékerman y el aficionado colombiano gustan del mismo estilo: pelota al pie, fútbol de ataque. José es un estudioso del juego, pero ante todo, un caballero, un docente, un hombre que ve muy bien el fútbol y sabe transmitirlo verbalmente. De arranque, poner la Selección Colombia en sus manos es una decisión acertada. Sus años como conductor de las juveniles argentinas fueron un lujo para el fútbol 'albiceleste': seriedad, humildad, comportamiento, docenas de talentos surgidos, triunfos continuos, tres títulos mundiales Sub-20. Cuando él se fue, no se pronunció más la palabra victoria.

Luego, Pékerman no pudo refrendar en clubes su notable paso por las menores. Pero eso no damnifica su imagen de señor, de conductor sereno y sensato.

Siempre sobrevolará la idea del "extranjero que viene a robar". O del crítico que proteste por el "astronómico" contrato. ¿Quién le va a pagar...? El fútbol, que es privado y autosuficiente en lo económico. También en Chile hubo quienes se escandalizaban por la llegada de Bielsa y sus honorarios de 2 millones de dólares. Chile nunca fue tan feliz como en ese tiempo. Y jamás la federación ganó tanto dinero. Si Pékerman triunfa, el contrato será una anécdota. A manera de guía, vaya este dato: Luiz Felipe Scolari cobra en Palmeiras más de 5 millones de dólares anuales. En un club.

Pero tiene dos pruebas de fuego: Perú en Lima y Ecuador en Quito. No puede volver a Bogotá con cero punto porque se enfrentará a la intolerancia. La gente cree que paga y le tienen que devolver resultados. No es tan así; en fútbol dos más dos son nueve. Para ambos empieza una aventura apasionante. Y difícil.

Jorge Barraza
Para EL TIEMPO"

Fuente. El Tiempo