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Antiguo 30-12-2011 , 21:39:36   #3
andymima
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andymima el Usuariox se nos esta haciendo popularandymima el Usuariox se nos esta haciendo popular
  
Predeterminado Laura me sorprende en La guarida (continuación)

- ¡No podes ser tan hijo de puta! Si haces esto te juro que te voy a odiar para siempre...
- Podes irte si querés -interrumpió Laurita a la muchacha-, pero ya sabés lo que implica.
- ¡No nos podemos quedar afuera! -protestó la jovencita- ¡Vos lo sabes perfectamente!
- Es tu opción, si querés te vas... pero si te quedas ya sabes lo que tenés que hacer.
El tiempo pareció quedar como suspendido, hasta que la muchacha miró a su hermano con rabia y le dijo: “Hacé lo que tengas que hacer...”

Todos rompieron en un grito de guerra y comenzaron a llegar las primeras órdenes: “rompele la ropa... no, no se la saques, quiero que se la rompas”... “agarrale el culo con las dos manos, manoseáselo todo”... “dale un beso de lengua... así, así”... “chupale las tetas”...
Todas estas indicaciones fueron cumplidas por el muchacho, que las realizaba con aparente frialdad y distancia, misma actitud en la que estaba su hermana. Pero eso era solo el comienzo.
- Chupale la concha nene, chupásela toda...
- Pero...
- ¡Pero nada! Hace lo que te digo -reafirmó uno de los presentes-.

El joven se arrodillo quedando a la altura de la vagina de su hermana, y comenzó a darle pequeños besos, pero ambos continuaban contenidos.
- Así no nene, así no. Hace que se acueste -ordeno la pelirroja-, que se tire al piso ahora.

El muchacho quiso tomar a su hermana por la muñeca, pero esta retiró el brazo con brusquedad, al tiempo que se acostó sobre el suelo, sin permitir que su hermano la ayudara.
- Muy bien -continuó la amiga de Laura-, ahora separarle las piernas y chupala como se debe. Sacate las ganas ahora pibe, porque no vas a tener revancha, o te crees que no se notan las ganas que le tenés a tu hermanita.
El joven pareció sorprendido por aquella afirmación, pero lejos de inhibirse, aquellas palabras tuvieron un efecto distinto en él. Poco a poco parecía que iba siendo poseido por una especie de animal. Esto se fue haciendo notorio primero porque comenzó a tocar a su hermana sin que nadie se lo inicara. Sus manos comenzaron a recorrer sus piernas lentamente al tiempo que las iba separando para entonces acercar sus labios nuevamente a la vagina de la jovencita. Pero sus manos no se detubieron entonces, comenzaron a acariciar su abdomen y siguieron subiendo hasta llegar a sus pechos. La muchacha, conciente de que aquello respondía a la voluntad de su hermano y no a las ordenes que se le daban, le miró con furia, pero a él no le importó. De hecho la situación comenzó a empeorar para ella, ya que su hermano comenzó a apretar sus pechos cada vez con más fuerza, al punto que ella grito más de una vez por el dolor.
- ¡Cogetela! -se escuchó- sacate la ropa y metele la pija en la conchita.
El muchacho se puso en pié como si lo hubiera impulsado un resorte, y en pocos segundo se quitó toda la ropa, revelándonos a todos la erección que evidenciaba el placer que le daba aquella situación. Su hermana presenció todo aquello mientras su rostro se tensaba, al tiempo que parecía desesperarse.
- No, no me la metas. ¡Por favor no me la metas!

- Dale nene, ya sabés lo que tenés que hacer -dijo Carlitos-.

- ¡No, por favor! ¡Soy virgen! -grito como en un ruego-

Su hermano se quedó quieto, como esperando instrucciones. En realidad daba la sensación de que quería lanzarse sobre su hermana para dar cumplimiento a las últimas instrucciones, sin embargo el grito de su hermana lo paralizó. Entonces Laura avanzó hacia la jovencita, se puso de rodillas junto a ella y comenzó a acariciarle la cabeza.
- Ya sabes que aquí nadie te va a obligar a nada... si tu quieres te puedes ir. ¿Quieres irte? -preguntó mi sobrina mientras la joven respondía que no con la cabeza- Bueno, entonces debes tener la actitud adecuada. Pero para que veas que estamos de tu lado, te dejaremos elegir... -hizo una pausa atrapando la atención de todos los presentes- mira, tu hermano te va a penetrar, eso es seguro. Pero tu puede elegir si quieres que lo haga por tu vagina o por tu culo. ¿Que prefieres? -disparó con naturalidad-

La joven se quedó mirando a Laura unos instantes, luego de lo cual miró a su hermano con desprecio y simplemente le dijo: “por adelante”.
Desde ese momento fijó la vista en el techo sin vacilar el se lanzó sobre ella e introdujo la punta de su pene en la cuevita de su hermana. Pensé que sería cuidadoso, dada la revelación que había hecho la muchacha. Pero no fue así, la penetró con fuerza haciendo que ella apretara sus dientes y puños, conteniendo el grito que no quería regalar a los presentes. Pude ver como un hilo de sangre salió de su vagina, también el pene del muchacho tenía rastros de sangre.

La penetró una y otra vez a un ritmo cada vez más intenso.
El silencio que hasta ahora guardaba comenzó a resquebrajarse, primero liberó uno tímidos gemidos, luego estos ganaron fuerza e intensidad, hasta que las primeras palabras tomaron forma:

¡Que lindo es cojerte! ¡¡¡No sabés las ganas que tenía de metértela bien adentro!!! Te voy a coger tooooda, ¡¡¡TOOOOODA!!!”... y eso fue solo el comienzo.
Su hermana no reaccionó, permanecía con la mirada en el techo, en silencio, con las mejillas empapadas por las lágrimas.
Por sus gemidos parecía que estaba a punto de acabar de un momento a otro, justo cuando Laura le ordenó que se detuviera. Él la miró sorprendido sin obedecer...
- ¡QUE PARES TE DIGO! -insistió Laura, logrando ahora si su cometido- Saca la pija de ahí.

- Pero...

- ¡Que la saques!

- ... -el joven obedeció-

- Ahora hace que te la chupe hasta que te acabes todo adentro de ella.
El muchacho no dudó ni por un momento, tomó a su hermana por detrás de la cabeza y comenzó a meter la pija en su boca. Ella solo cerró los ojos.
Tan solo estuvo así unos pocos segundos, porque no aguantó la excitación y comezó a derramar el semen dentro de su boca. Al hacer pareció sobresaltarse, como si por un momento el animal que parecía tenerlo poseído lo hubiese liberado. Instintivamente se retiró hacia atrás, quitando el pene aún palpitante de la boca de su hermana. Este continuaba derramando la leche que le restaba, por lo que los últimos chorros se derramaron sobre el rostro de la jovencita.
Todos los presentes quedaron en silencio, solo se escuchaba la respiración aún agitada del joven y las arcadas de su hermana, que intentaba escupir la leche que tenía dentro de su boca. Entonces repentinamente todos comenzaron a felicitar a los mellizos.
- ¡Bienvenida! -le dijo Laura a la jovencita, mientras secaba las lágrimas de sus mejillas.

- Gracias -respondió la joven, como si no hubiera sucedido nada-

- ¡Bienvenido! -saludaban otras voces al muchacho-
Este retribuía los saludos cortesmente, pero ahora parecía tener la perturbación que momentos antes solo su hermana mostraba.

El circulo comenzó a deshacerse, mientras los integrantes de aquel grupo parecían entrar en un momento de distensión y camaradería. Pude ver como el recién iniciado quiso acercarse a su hermana, quizá para decirle algo, pero ella le miró con un desprecio que jamás había visto antes y se dio alejó de donde él estaba, mientras comenzaba a conversar con algunos de los presentes como naturalidad.
En ese momento puede ver a mi sobrina caminar unos pasos hacia un costado alejándose de sus camaradas. Una de sus amigas le preguntó si quería acompañarlos al piso de abajo, a lo que mi sobrina respondió que sí, pero que antes tenía que hacer un llamado.
- ¿Vas a llamar a tu tío? -preguntó la pelirroja, recorriendo luego con su lengua el labio inferior-

- Si, ya debe estar por llegar -respondió ella al tiempo que comenzaba a apretar los botones de su celular-.
En ese momento tomé conciencia de la situación que estaba a punto de desplegarse. Intenté tomar el celular lo más rápido que para intentar silenciarlo pero fue inútil. Su timbre llamó la atención de todos los presentes, que en ese momento voltearon hacia donde yo me encontraba.

CONTINUA ABAJO...

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