Europa, dividida y sin claro liderazgo político, no pudo despejar la incertidumbre sobre la capacidad de pago de algunos de sus miembros. En 2012 caerá en recesión. EEUU logró recuperarse. El desplome bursátil fue global







Sin dudas, 2011 será recordado como otro año de crisis. En agosto, tras la pérdida de la calificación triple A para los EEUU y la posibilidad de un default por falta de acuerdo en el Congreso, apareció el temor a una recesión mundial.

Los inversores comenzaron a vender la mayoría de sus tenencias y las bolsas de todo el mundo empezaron a caer en picada. Los bonos soberanos, especialmente los de los países más endeudados (España, Italia, Grecia, Portugal) se desplomaron a valores inéditos y pagaron tasas de interés nunca antes vistas para la eurozona.

La falta de respuestas políticas y las soluciones económicas de urgencia y tardías (planes de ajuste que se repiten) agravaron la situación. Las distintas cumbres europeas -casi todas enfocadas en evitar que Grecia se transformara en el primer país con euro en caer en default- de poco sirvieron.

De hecho, el presidente francés, Nicolás Sarkozy llegó a hablar de "dos Europas" luego de que Gran Bretaña no aceptara ser parte del nuevo pacto fiscal, que busca endurecer la disciplina fiscal a futuro.

"La eurozona enfrenta la crisis más grave de su historia. La exasperante lentitud de sus líderes ha dado lugar a que, luego de iniciada la debacle de Grecia, hayan transcurrido más de 2 años y 15 cumbres para comenzar a delinear un camino que fortalezca la unión monetaria en el mediano plazo", escribió en su último informe internacional el economista argentino Luis Palma Cané.

El panorama para 2012 es peor. Todos los pronósticos, tanto de organismos internacionales como de analistas privados, auguran una recesión para la UE y más desempleo por el recorte masivo de gastos para reducir los rojos fiscales.

La canciller alemana, Angela Merkel, una de las protagonistas del año, sorprendió con su crudeza. "La crisis europea va a durar años", vaticinó.

La tasa de desocupación ya alcanza al récord de 10,3% en la eurozona y el 9,8% en la UE con países como España en situaciones realmente críticas (23% de desempleo general y 49% de desempleo joven). "Vienen tiempos duros", dijo el mismísmo rey Juan Carlos.

La salud financiera y la solidez de los bancos están en peligro. "El riesgo de caída de un banco de primera línea es altísimo. La situación ya se tiñó de castaño oscuro", afirmó el economista José Siaba Serrate.

Sin embargo, la expresión "dos Europas" no sólo es una definición política. Austria encabezó la lista de los estados miembro con menor desocupacíón, con un escaso 4,1 %, cifras similares a las de Luxemburgo, con un 4,7 %, y Holanda, con un 4,8 %. Alemania celebra el 6,4%, la cifra más baja de los últimos 20 años.

Los líderes políticos anunciaron un puñado de medidas de austeridad. Regla de oro de no más de 0,5% de déficit fiscal y una ampliación del fondo de rescate de hasta €500 mil millones.

¿Son suficientes para frenar la crisis? Para Palma Cané, no alcanzan. "Sólo plantean soluciones de mediano plazo que -en el mejor de los casos- recién podrían implementarse a partir del segundo trimestre del 2012; segundo, no establecen acciones que necesitarían encararse a la brevedad y, finalmente, no solucionan el crucial dilema de ´ajuste ahora, crecimiento después´".

EEUU se despegó del desplome del llamado Primer Mundo. Su economía está mucho mejor. El consumo, su gran motor, reaccionó a tiempo. El desempleo, su gran desafío, cayó cuatro décimas en noviembre a 8,6 por ciento. El déficit fiscal se redujo por segundo mes consecutivo.

El desempeño del cuarto trimestre será el mejor del año. Se enterrará finalmente el fantasma de la recesión para la primera economía del planeta. Las estimaciones privadas ya cifran el crecimiento del PBI entre un 3,4% y 3,9 por ciento, por encima de lo pronosticado meses atrás. El índice Dow Jones, a pesar de todos los vaivenes, cierra el año con una leve suba de 2,4 por ciento.

El pánico bursátil fue la variable constante del año. En el acumulado de 2011 hasta el cierre de esta nota, los mayores derrumbes se produjeron en Grecia (61,4%), Austria (38,4%), Portugal (28,6%), Italia (26%), Bélgica (21,2%), Francia (18,8%), Alemania (16%), España (15%).

Las bolsas latinoamericanas tampoco salieron inmunes. El Merval de Argentina perdió 36% y San Pablo 24 por ciento.

Toda la inestabilidad vivida llevó a muchos analistas a plantear la llegada del mundo multipolar por el deterioro político-económico de las superpotencias. El poder ahora podría repartirse en varios países, muchos de ellos emergentes. China, India, Brasil, Rusia, México, con sus flamantes fortalezas económicas, piden más protagonismo en las grandes decisiones.

"Desde 1991, cuando la guerra fría llegó a su fin, no se registraron cambios tan notables en la estructura del poder mundial como en el transcurso de 2011", escribió Carlos Pérez Llana (doctor en relaciones internacionales y consultor del BID y la Cepal).