Ver Mensaje Individual
Antiguo 27-12-2011 , 11:32:59   #3
andymima
Recien Registrado
No Tiene Avatar Configurado
Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 36
Me Gusta Recibidos: 27
Me Gustas Dados: 0
Ingreso: 23 dic 2011

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 0
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 0
Puntos: 161
andymima el Usuariox se nos esta haciendo popularandymima el Usuariox se nos esta haciendo popular
  
Post Respuesta: Luego del reencuentro, a solas con mi cuñada y mi sobrina (FINAL)

Mi sobrina era una gran puta, de eso no me cabían dudas a esa altura, pero estaba cayendo en la cuenta de que aquella pendejita estaba dispuesta a mucho más de lo que yo pensaba. De hecho, poco tiempo después, comprobé que aún me faltaba mucho por descubrir sobre los deseos y fantasías de mi sobrinita.
Puse mi pija sobre su ano seco, y comencé a empujar. Al comienzo fue difícil, obviamente, porque no entraba con facilidad y no quería lastimarla. Ella dio un grito de dolor por lo que me detuve.
- ¡Seguí! ¡No seas maricón! -me gritó enojada-Esto me perturbó, la pendeja de mierda me estaba llamando maricón, ¡pero que se creía! La verdad es que en ese momento me enojé mucho y casi furioso agarré con una mano sus cabellos y comencé a cinchar de ellos, lo cual obligó a mi sobrina a arquear su cabeza hacia atrás. Con mi otra mano agarre una de sus tetas y apreté con mucha fuerza. Ella dio un nuevo grito de dolor y cerro los ojos, entonces yo empujé con todas mis fuerzas para que mi pija entrara en su culo.
Entró unos cuantos centímetros, pero aún tenía más de media pija fuera de su culo. Sentía como su culo estaba apretadito, y sus músculos se tensaban al rededor de mi pija. Vi una lágrima que comenzaba a caer por su rostro, lo que me asustó un momento. Pensé en detenerme y comencé ha aflojar la tensión sobre su cabello y la teta que tenía en mi mano. Pero en ese momento ella presionó hacia atrás con su cola, mientras me decía “dale, no seas blandito”.
A partir de allí sentí que un animal se apoderaba de mi, como si me estuviera transformando. Volví a tirar con fuerza de sus cabellos mientras mi otra mano apretó con mucha fuerza uno de sus pezones. Una vez más presione para que mi pene entrara más... y una vez más volvieron sus gritos de dolor, aunque esta vez no me preocuparon. Por fin pude meterlo hasta el fondo, momento en el cual ella soltó un grito más fuerte que los anteriores.
Entonces, como si fuera un lobo o algo parecido, me lancé sobre uno de sus hombros y lo mordí. No se porque hice eso, pero fue lo que pasó. Ella gritó nuevamente, pero ya no me decía más nada.
Liberé su pezón y me enderecé, aún con toda mi pija dentro de su culo. En ese momento dividí el cabello que tenía sujetado, de forma que mis dos manos tenían una parte de su cabellera, como si fueran riendas de un carruaje.
Miré hacia abajo y vi como habían gotas de sangre en mi pubis, pero no me importó.
- ¡Querías que te rompa el culo puta! ¡Aquí tenés! -grité mientras bombeaba con fuerza al tiempo que cinchaba de su pelo-
Mi sobrina se mordía los labios con gesto de dolor, solo se escapaba algún quejido mientras nuevas lágrimas rodaban por sus mejillas. Aceleré el ritmo y la fuerza con la que embestía, mientras sentía que ya no podía aguantarme más. Dude si acabarme dentro de ella o afuera, pero mi pija no espero a mi cabeza y largó toda la leche dentro de su cola, mientras yo me doblaba de placer sobre la espalda de mi sobrina.
Jadeante, me quedé recostado sobre ella un momento, hasta que finalmente me incorporé mientras retiraba mi pene de su culo, ahora con el cuidado que no había tenido momentos antes. Ella contuvo la respiración y aguantó el dolor nuevamente, hasta que por fin estuvo afuera. Mi pene estaba cubierto de sangre y semen, lo primero de mi sobrina, lo segundo de mi propiedad. Misma mezcla que comenzó a salir de su ano y a bajar por sus muslos.
Con algo de dificultad y dolor ella se levantó y me quedó mirando en silencio, aún con lágrimas en sus mejillas. Yo la miré y me sentí mal, pero justo antes de que el sentimiento de culpa conquistara mi estado anímico, ella me abrazó...
- Eso era justo lo que quería –me susurro entre los últimos sollozos por el dolor-.
- Pues ha sido un placer cumplir tu deseo.

- Ahora quedo en deuda contigo
-continúo mi sobrinita-, tendré que satisfacer algunos de tus deseos para quedar a mano.
Supongo que no tengo que explicar que ella me había dado ese mismo días satisfacciones que nunca si quiera me había atrevido a imaginar, pero aquello era el inicio de un juego al que la pendeja me invitaba, y era una puerta abierta que no pensaba desperdiciar. Como ya les iré contando, encontraría allí nuevas experiencias que incluso en ese momento no era capaz de concebir.
Ella se limpió con unas toallitas de papel que traía en su mochila (evidentemente estaba preparada para todo), luego me pasó otras a mi para que pudiera hacer lo mismo.
Nos vestimos y comenzamos a salir de la casa, fue entonces cuando nos cruzamos algunos estudiantes que rondaban por distintas habitaciones. Ni ellos, ni mi sobrina, parecían sorprendidos, todo lo contrario. Nos saludaban con gestos a lo que nosotros correspondimos mientras nos retirábamos.
Durante el viaje de regreso mi sobrina se recostó sobre mi falda, quedan sobre mi paquete. Pese a lo ajetreado del día, el “amigo” comenzó a responder una vez más, mientras mi sobrina estaba sobre él. Sin embargo ella continuó dormida (o simulando que lo estaba) mientras se movía cada tanto como buscando acomodarse, proceso en el cual rozaba una y otra vez por sobre el pantalón mi pene, a veces con su rostro y otras con su mano.
Llegamos a la casa y sus padres nos estaban aguardando para cenar. Mi sobrina dijo que quería bañarse antes por lo que buscó ropa y se encerró en el baño. Por mi parte me senté en la mesa junto con mi hermano y mi cuñada.
- Gracias por ir a buscarla, la verdad que nos diste una mano -dijo mi Ruben-.
- No es nada
-conteste, sintiendo que mi rostro delataría algo de lo que había sucedido-.

- La verdad es que sos un tío genial, Laurita me dio que estaba muy contenta de que estés de regreso con nosotros.

- Me alegro
-contesté con sequedad a mi hermano, procurando luego cambiar de tema-.
Cuando mi sobrina salio de la ducha se sentó junto a nosotros. De un lado de la mesa estaba yo, frente a mi Laurita y en las cabeceras mi cuñada y mi hermano. La cena transcurría con normalidad hasta que sentí un roce por debajo de la mesa. Algo estaba rondando por mis pies y subía poco a poco. Me sobresalté, cosa que notaron tanto Ruben como Sofía.
- ¿Que te pasó?
- No es nada, me vino como un escalofrío
-atiné a decir-

- ¿No me digas que ahora tiene miedo hermanito? No te preocupes, estoy aquí para cuidarte
-bromeó Ruben-.
Mi hermano comenzó entonces a contar anécdotas de cuando eramos pequeños, y como yo me asustaba y él como hermano mayor me defendía. La mayoría de esos relatos no coincidían con mis recuerdos, es más, muchos de ellos eran totalmente inventados, pero en aquel momento tenía algo entre manos (o mejor dicho entre piernas) que atrapaba toda mi antención.
Discretamente bajé la mirada y pude ver como bajo el mantel se asomaba la punta del pié de mi sobrina. La miré entonces y ella como si nada, se mostraba atenta a la comida. Temiendo que en cualquier momento la situación fuese descubierta me retiré repentinamente de la mesa y me puse de pié.
- Disculpen, pero tengo quiero ordenar un poco mi equipaje y luego dormir, aún estoy cansado... por el viaje.
- ¡Pero no comiste nada!
-protestó mi cuñada-

- Perdoname Sofía, de verdad está muy rico, pero ahora prefiero poner la ropa en orden y esas cosa.

- Bueno, está bien. Pero apenas termine de comer va Laurita para ayudarte ¿Verdad chiquita?

- Si mamá
-respondió como distraída-.
Me retiré pensando que aquella “ayuda” podría generar nuevas situaciones inesperadas, y así sucedió. Pero eso se lo cuento en la próxima entrega...

Si te gustó el relato, puntuame positivamente así continúo!

andymima no está en línea   Responder Citando
 
Page generated in 0,08037 seconds with 11 queries