Renuncian los periodistas en TV: algo anda mal
Darío Fernando Patiño renuncia a la dirección de Caracol Noticias. Clara Elvira Ospina, a la de RCN.
Buenos periodistas y mejores personas se van de los gemelos gobiernistas. Algo huele mal en la 'política' informativa de la televisión: mucho gobierno, poca democracia.
Si algo tienen en común Patiño y Ospina es que son periodistas de verdad. Ellos no han llegado ahí viniendo de la política, las relaciones públicas o por familia. Los dos se hicieron en la reportería y aprendieron del oficio desde abajo, con rigor, responsabilidad y coraje.
Darío Fernando Patiño ha estado en todos los canales y siempre se ha destacado por su innovación. Por ejemplo, creó La noche, de RCN, y Lechuza y El radar, en Caracol.
Clara Elvira Ospina es famosa por su rigor, trabajo y pasión por el oficio. Y los dos son, además, excelentes personas. Gente buena, profesionales a toda prueba.
En la vieja televisión, los directores de noticieros eran políticos convertidos a la propaganda política. Los dos mejores directores de noticias de TV, Yamid Amat y Daniel Coronell, pasaron por Caracol y RCN y no aguantaron, y tampoco los aguantaron. Se fueron y ejercen su oficio con tanta legitimidad y credibilidad en el canal Uno que son los informativos de referencia.
En la nueva TV, otro buen periodista, Álvaro García, perdió su independencia periodística y se graduó de uribista gracias a la obsecuencia, y recibió como premio la embajada en Argentina.
Otra directora de Caracol Noticias, Lucía Madriñán, también fue premiada con cargo diplomático.
¿La independencia periodística? Ese cuento es de manuales de ética: en Colombia se es director para aspirar a burócrata.
En este contexto, los casos de Darío Fernando Patiño y Clara Elvira Ospina eran extraños: periodistas de verdad son directores de informativos. Y, además, buenos periodistas. ¡Qué bien! El sueño de todo periodista de verdad: de reporteros a directores.
A Patiño y Ospina se les reconocen su capacidad de trabajo y su saber periodístico. Pero los dos sufrieron de la falta de autonomía para su oficio: nunca pudieron hacer su periodismo, siempre los amos estaban tomando las decisiones políticas. Así, ellos intentaban ganar autonomía haciendo bien el oficio, pero perdían en credibilidad y legitimidad porque las vedettes querían ser la noticia.
Hemos llegado a la bobada informativa: de presentadora a directora o de relacionista público a director. Más que hacer periodismo, se hacen relaciones públicas y buenos negocios, y el mejor negocio es no ofender al poder.
Ahora se van Patiño y Ospina y queda la tristeza de que eran buenos periodistas a los que nunca los dejaron hacer su periodismo. Pero también hay una pregunta: ¿por qué aguantaron tanto si no podían hacer lo que sabían que debían hacer: periodismo independiente?