La cortina del baño me impedía ver quien era, aunque obviamente supe que se trataba de mi sobrina. Como aquel era su baño supuse estaría buscando algo que necesitaba, por lo que no me sorprendió demasiado. De todas formas, pese a que la cortina le impedía también a ella verme, me puse de espaldas a la puerta, intentando ocultar mi erección. Pasaron unos instantes en silencio, tras lo cual sentí como la puerta se cerraba, seguramente mi sobrina ya se había retirado.
Me di vuelta para poder terminar lo que había comenzado, pero para mi sorpresa me encontré a mi sobrina parada a un metro, asomándose tras la cortina que claramente ella había corrido para verme. Quedé paralizado, sin saber como reaccionar. Ella en cambio parecía tener todo bajo control. Se puso de rodillas a un metro de distancia, quedando fuera del alcance del agua que caía por el duchero para evitar mojar su ropa, yo aún permanecía inmovil. Estiro sus brazos tomando mis piernas y empujándome hacia ella. Sorprendido yo me dejé llevar por sus brazos, los cuales me situaron justo delante de ella. Busque su mirada pero sus ojos estaban fijos en mi pene.
Paso un segundo interminable, tras el cual ella agarró con sus manos mi miembro, abrió su boca e introdujo la cabeza de mi pene. Yo cerré los ojos e inspiré, no podía creer lo que estaba sucediendo. Aquella preciosura estaba chupándome y yo apenas podía creerlo.
Abrí los ojos para verla, ella no levantaba su mirada. Parecía muy concentrada mientras metía y sacaba mi pene de su boca. Me di cuenta entonces que ella procuraba meterla cada vez más adentro. Dieciocho centímetros no son un record mundial, pero tampoco son poca cosa, por lo que no le resultó sencillo. Sin embargo ella pujaba procurando meterla toda, sin mucho éxito. Entonces ella soltó mi pija y agarró mis manos, las cuales estaban como antes duras junto a mi cuerpo. Ella las puso justo detrás de su cabeza, al tiempo que sus manos se dirigieron a mis nalgas. Pensé que quería que le acariciara, por lo que comencé a jugar con su pelo, pero claramente sus intenciones eran otras... rápidamente ella quitó sus manos de mi cola y nuevamente fue al encuentro de las mías, y sujetándolas con fueras. Entonces comenzó a presionar, de forma que se empujaba a sí misma la cabeza, procurando que mi pene ganara centímetros dentro de su boca. Yo no lo podía creer, aquello era un sueño, un sueño inesperado que se estaba haciendo realidad. Mis brazos se tensaron y comenzaron a presionar su cabeza con fuerza contra mi. En ese momento sus manos retornaron nuevamente a mi cola y comenzaron a aplicar fuerza también, atenazando mi pelvis contra su rostro.
Busqué su mirada, la que finalmente se elevaba buscando mis ojos. Ella parecía pedirme más, así que le correspondí. Presioné con más fuerza y sentí como mi pene ganaba un par de centímetros, llegando seguramente cerca de su garganta. Pensé que ya era mucho, por lo que aflojé la presión, pero ella frunció el ceño como protestando al tiempo que me miraba con tres cuartos de mi pene dentro de su boca. Presionó un poco más en clara señal de demanda, lo cual confirmé al ver sus ojos.
La sujeté con más fuerza y presioné con decisión y mi pija fue bajando centímetro a centímetro por su garganta. Su lengua salí de su boca rozando mis huevos, al tiempo que sus manos continuaban aferradas a mi culo.
Satisfecha de haber logrado su propósito de meterla toda dentro de su boca, ahora parecía más liberada. Alternaba lamidas con chupadas, una rato jugaba son la cabeza de mi pija, otro se la metía nuevamente hasta el fondo por su garganta. Todo esto si que sus manos intervinieran, ya que continuaban detrás de mi. Todo esto ya de por sí era sublime, pero ver como sus ojitos me miraban fijos era lo máximo.
Seguimos así unos minutos, ella devorándome la pija y yo cada vez más cerca del cielo. Entonces ella se separó un instante y mirándome me dijo: “Tío, quiero que me llenes la boca de leche” (aquellas palabras aún resuenan en mi mente al día de hoy, y solo recordarlas me produce una erección). Yo no le contesté, simplemente observé como una ves más la pendeja se metía toda mi pija dentro de la boca y comenzaba a succionar. Sus labios estaban contra mi pelvis, y su lengua rozaba mi bolas, pero esto parecía no conformarla, ella seguía presionando y chupando, como si quisiera devorarme.
Ya no me aguanté más y exploté dentro de su boca, sentí como si tuviera una canilla de leche que se abría dentro de su garganta, y ella tragaba todo gustosa. Cuando finalmente liberó mi pija, no había ni una sola gota de leche en ella, aquella pendejita se la había tomado toda.
Satisfecha ella se puso en pié y sonriente me alcanzó la toalla.
- Toma tío, termina de bañarte que me vas a dejar sin agua caliente.
- No te preocupes, enseguida acabo -respondí tímidamente-.
- ¿Pero como? ¿No te acabaste ya recién dentro mío? -dijo entre risas sin que yo atinara a responder-.Laurita me tenía totalmente sorprendido, jamás me hubiera imaginado aquella bienvenida a mi regreso al país.
- La verdad es que me has sorprendido -le dije finalmente-.
- Esto recién empieza tío, esto recién empieza -sentenció lujuriosa-.Y la verdad es que así fue, ni siquiera luego de lo aconctecido aquel día podría haberme imaginado todo lo que estaba por venir, pero eso se los cuento en mi próxima entrega.
Si te gusta el relato puntuame positivamente, así me entusiasmo y sigo escribiendo.