Patriotas ha enviado al legendario América de Cali, a jugar la categoria de ascenso. En una dura serie, Patriotas consigió la gesta histórica de subir a la máxima categoría a través de la Promoción.




10:06 pm

En el 2012 habrá un nuevo clásico y hará falta un grande. En Tunja se medirán Chicó y Patriotas, mientras que América, triste y desolado, tendrá que divagar por los difíciles campos de la segunda categoría del fútbol profesional colombiano. La historia de un grande no pudo con el joven prontuario de los dirigidos por Miguel Augusto Prince, un equipo austero en fútbol y económico en presupuesto. Un equipo al que le bastó con pararse en el Pascual, aguantar con uñas y dientes, y aprovechar una situación aislada para empatar la serie y llevar todo a los penales.
En el punto blanco no hubo disparidades históricas. Allí todo fue para los boyacenses pese a la mala ejecución de Ever Rentería, el único jugador inseguro a la hora de batir la valla de Diego Restrepo. Todo transcurrió en silencio en el mítico estadio de la sultana. Incluso, antes de que empezaran las ejecuciones ya caían las lágrimas como señal de un doloroso presagio. Todos miraban incrédulos, menos Carlos Chávez, el héroe más adolorido que se ha visto en una cancha de fútbol. Él mantuvo a su equipo firme durante el tiempo reglamentario, él se interpuso entre Jaime Córdoba y “El Tigre” Castillo en los penaltis, y fue él, el hombre que sentenció la serie.
Chávez nació en América, debutó con los Diablos Rojos en primera y soñó con ser titular inamovible. Sin embargo, el destino puso en sus manos una situación que nunca imaginó. Se paró frente al balón, apuntó y cobró con el profesionalismo que demandaba el momento, pero a su vez, cuando el balón infló la malla y propicio el estallido en llanto del Pascual, él sólo atinó a guardar silencio y a mirar cómo se le abalanzaban sus compañeros. Su gesto adusto reflejó la complejidad de la situación, pues con ese penal, 84 años de historia y 13 títulos se fueron para la B.
América visitará las mismas ciudades, pero los rivales no serán los mismos. Viajará con su fervorosa hinchada a otros destinos de la geografía nacional. Y al igual que River Plate, rival con el que supo medir su grandeza, tendrá que empezar a construir un nuevo camino y aprender que en el fútbol como en la vida, todo es posible.

Por: Éder Garcés
Liga Postobón