Por primera vez, fuera de México se exhibe una colección que consta de más de 100 lienzos que datan desde el siglo XVIII hasta nuestros días, los cuales representan la tradición de pintura votiva mexicana, así lo indica bbc.co.uk



Las piezas están disponibles desde el 6 de octubre del 2011, al 26 de febrero de 2012, en la galería de la Fundación Wellcome Trust, en Londres, Inglaterra, donde la exposición lleva por título "Infinitas gracias: Pinturas sobre milagros mexicanos".
Como se menciona en informador.com.mx, la colección cuenta con piezas de diversos museos pertenecientes al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al igual que del Santuario de la Purísima Concepción de la Diócesis de Matehuala, en Real de Catorce, San Luis Potosí, y de la Iglesia del Cristo de Villaseca del Mineral de Cata, en la capital de Guanajuato.



Las obras son un registro de experiencias personales, en las que el drama fue protagonista en un día común de la vida de algunos de sus autores, que a causa de la caída de un rayo, accidentes vehiculares, enfermedades, tiroteos, privación de la libertad y hasta la pérdida de ganado, se vieron en la necesidad de solicitar la intervención de santos y otras figuras religiosas para lograr sobrevivir o ser perdonados por sus faltas




De acuerdo a un comunicado del INAH, la tradición mexicana de ofrecer pequeños cuadros como agradecimiento a los favores cumplidos por los santos, tiene raíces profundas. Su origen data desde la conquista española, y al sincretismo del catolicismo y las creencias indígenas en el siglo XVI.
En un inicio, las personas con mayores recursos, solicitaba a artistas locales la realización de estas pinturas votivas, pero fue hasta el siglo XIX, que se comenzaron a hacer sobre pequeñas placas, lo que ayudó a la popularidad de la tradición.




El impacto de dichos retablos en la sociedad fue tal, que ejercieron gran influencia en artistas como Diego Rivera y Frida Kahlo, quienes fueron ávidos coleccionistas de ese tipo de obras.
Una de las más destacadas, es la que tiene un mensaje que, sin cuidar las faltas de ortografía, relata la historia de uno de los milagros obtenidos: "En el mes de Mayo de 1888 se bolvió loca Visenta Garcia y hallandose su esposo en tal apuracion Fransisco Mejia se emcomendó a Mª Sma de la Soledad de Santa Cruz de Mejico y en el acto quedó sana y en gratitud le dedica este Retablo."



Algunas de las figuras religiosas a las que más se les han dedicado obras pictóricas, son el Santo Niño de Atocha, San Francisco de Asís, el Cristo de Villaseca y las vírgenes de San Juan de Zapopan y de Guadalupe.



Otro de los retablos más impactantes, es el que narra el dramático inicio en este mundo del niño Cristóbal Muñoz, el cual en el año 2008, por complicaciones en el embarazo de su madre, tuvo que nacer prematuramente. Su padre, quien temía por la sobrevivencia de su hijo, recurrió a su fe y encargó la realización de este exvoto.



Una de las curadoras de la exposición, Antonia Bruce, declaró que en las obras existe un elemento contractual, "Algo así como ‘responde a mis necesidades y te lo pagaré con una pintura’".
La curadora sostuvo que las imágenes son más que una "moneda teológica", ya que considera que dichas negociaciones, también fungen como mecanismos psicológicos, que ayuda a los individuos a hacer frente a las circunstancias que ellos consideran fuera de su control.



La muestra está acompañada por fotografías y objetos de culto y devoción, así como de documentales y entrevistas sobre los lugares en que las pinturas votivas son realizadas y utilizadas actualmente, lo que ayuda a ilustrar con mayor precisión los orígenes y formas de la tradición.

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