 Respuesta: Barcelona vence al Real Madrid 3-1 en el clásico de la Liga Bbva
Primero, reconozco que soy un hombre de poca fe, que soy un enamorado de las estadísticas, que me fío de las constantes, pero el fútbol no es tan mecanizado. Basta que el azar le ayude al talento y un edificio se desmorone.
Lo primero, el grosero error de Valdés. Increíble. Un pase errático, pero basta para que Özil recoja el balón y se cree una fantasía, incluyendo un estupendo remate de Benzema en tan sólo 22 segundos. El Bernabeu estalla y el Madrid, exuiltante, acaricia el sueño de aplastar a su bestia negra.
El Barça acusa el golpe y durante algo más de 22 minutos, los merengues se adueñan del campo, del balón, de las oportunidades. No llegan con contundencia, pero copan al Barça, lo recuestan en su zona, a punta de velocidad, precisión, ideas y mucho corazón.
El Barça, apagado, trata de reaccionar, de aquietar las aguas, y poco a poco el partido comienza a cambiar de ritmo, pero el Madrid no afloja, hasta que surge la chispa. Messi atraviesa como un puñal la defensa del Barça y asiste a Alexis que con un tiro cruzado vence a Casillas.
El dominio es alterno, cede el Madrid y el Barça equilibra el partido no sólo en goles sino en acciones, para luego comenzar con sus toques, recuperando la confianza, el medio campo y las proyecciones ofensivas. Los culés despiertan de la modorra.
¿Un empate? El segundo tiempo lo presagia. Los primeros minutos muestran a un Madrid nervioso que aprieta las marcas y acude a las faltas para detener al adversario. Entonces sucede lo impensable. Uno de esos extraños momentos que cambian una ecuación y escriben la historia.
Xavi dispara de media distancia a un ángulo dominado por Casillas que la espera casi que por inercia, pero la trayectoria es desviada por la pierna de Marcelo y se va al otro extremo. Casillas trata de reaccionar, pero resulta imposible luchar contra el azar. El balón se mete y la maldición culé regresa para desbalancear el partido.
El Madrid no baja la guardia pero se descuaderna, mientras el baile azul grana comienza su rutina que combina la magia con el talento. No es posible ver este partido sin sorprenderse. Al frente tienen a un equipo fantástico, pero los pases los convierten en postes. El balón se esconde y el Barça ilumina el campo.
El Barça abre el campo, y sus laterales avanzan como siempre. Alves insiste desbordando a Marcelo y uno de sus centros es captado por Fabregas que de cabeza da el puntillazo a los madridistas. La cámara capta a CR7 desconcertado, Casillas manotea. Marcelo aprieta los labios y en el banco, Mourinho se recuesta en el espaldar.
De ahí en adelante, pese a los esfuerzos del Madrid, el partido fue del Barça. Pudieron haber sido más, pero Casillas responde con milagros. Igual, en la zaga culé. Puyol tapa los resquicios que a veces deja Piqué. La muralla se cierra y una y otra vez, los pupilos del portugués se estrellan contra ella.
Al final ruegan porque el partido se termine, porque los últimos minutos el gato juega con su ratón preferido. Nada qué hacer. La Liga se estrecha y el Barça quiere seguir brillando a costa del Madrid.
¡Vaya clásico!
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