Rogelio apareció de pronto, con la verga en la mano y sonriendo les dijo:
-¡Ey! No me dejes fuera de la jugada, yo también quiero cogerme a mi dulce cuñadita.
Alicia se asustó, empujó a Roberto desprendiéndose la verga de su boca, tomó rápidamente un trozo de papel sanitario, y se limpió su rajita, cuando se disponía a subirse la tanga, Rogelio le sujetó los brazos impidiéndoselo.
-Tranquila Alicia, que prisa llevas.
-Suéltame por favor… Esto no es correcto, -les suplicaba Alicia, en medio de su ebriedad-, son mis cuñados, los esposos de mis hermanas.
-Y eso que tiene que ver. –le dijo sonriendo Rogelio-. A la prima se le arrima y la cuñada también, jeje. Además a Roberto le mamaste la verga, quiero que me la mames a mí también… Solo eso, una mamadita como a Roberto. ¿Está bien?
-Pero eres mi cuñado. –Replicaba Alicia, sin mucha decisión, ya que Rogelio le tomó su manita y la llevo hasta su gruesa verga, Alicia la sujetó fuertemente y la movía lentamente de arriba abajo-. Que va a decir mi esposo si se entera, que va a decir Antonia.
-No tienen porque enterarse. –Le dijo, mientras le empujaba la cabeza hacia abajo, para que se arrodillara-.
La cogió de su cabellera con una mano y sosteniendo su grueso falo por la base, con la otra mano, se lo frotaba por todo su rostro, hasta que se lo metió por la boca. Mi esposa se la mamó por unos segundos. Luego se unió Roberto. Alicia, tomo en cada una de sus manitas una gruesa y larga verga y se las llevaba a su boca alternativamente. Su rostro fue transformándose poco a poco, miraba las enormes reatas con lascivia, trataba inútilmente de meterse completamente esas largas boas en su boquita, chupaba todo el tronco, se metía los peludos y gordos huevos en la boca, los chupaba, y luego volvía a las rojas cabezas a mamarlas con desesperación.
-¡Que rico mama la verga! –Exclamó Roberto-.
-Eres una profesional ricura. –Le dijo Rogelio, mientras movía su voluminoso vientre peludo, follando la boca de mi mujer-.
Rogelio la sujetó con fuerza de la nuca mientras tenía toda su moronga en el interior de la boca de Alicia. Gruñó con fuerza, mientras arremetía con ligeros movimientos de cintura el rostro de mi esposa. Alicia, tragaba toda la descarga, pero era demasiada, cuando la retiro de su boca, todavía alcanzaron a estrellarse sobre su rostro, dos trallazos más, Rogelio se la volvió a incrustar en la boca y apretándose los huevos, derramaba el resto de su semen.
Alicia sacó su lengua y se la pasó por cada rincón de su rojo glande, hasta dejársela completamente limpia, le dio un tierno beso y girando su cabeza se metió la verga de Roberto, arreciando sus movimientos, hasta que mi concuño explotó en su boquita. Alicia quería tragarse la esperma de Roberto, pero este la sacó de boca y le baño su bello rostro, con cuatro fuertes chisguetes, que se estrellaron en sus ojos, mejillas y frente. También a Roberto se la dejó relucientemente limpia.
Cuando se disponía a retirarse, Rogelio nuevamente la sujetó de las muñecas.
-Espera preciosa. Falta que te vengas tú también.
-No es necesario, a lo mejor mi esposo me coge en la noche…
-Y ¿si no?... ¿Cada cuando lo hacen?
-Antes era cada mes, pero últimamente es cada semana, y ayer me cogió…
-Y además está bien borracho. –Le dijo Roberto-.
-Si. –Confirmó Rogelio-. Además no es lo mismo una verga que dos.
-Si verdad. –Dijo mi esposa, metiéndose un dedo en la boca, tratando de imaginar como sería hacer el amor con esos dos machos, luego mordiendose el labio inferior, agregó-. Además mi esposo no tiene el pito tan grande como ustedes, ni tan gorda tampoco…
-¿De veras? –Le preguntó Rogelio-. La tiene chiquita, jeje.
-Si, ustedes la tienen tres veces más grande.
Rogelio se le fue encima, la abrazó mientras le sujetaba ambas nalgotas fuertemente y le decía: “Estás bien buenota cuñada, tengo tantas ganas de meterte la verga, chiquita”.
-¡No! Ustedes prometieron que si se las mamaba me dejarían. –Dijo mi esposa con voz ebria y entrecortada, y riendo, escapo corriendo de las manos de Roberto-.
Se miraba chistosa, tratando de correr con su tanga en los tobillos. Solo dio unos cuantos pasos y fue alcanzada por Roberto. Este la abrazó y a fuerza le quitó el vestido, dejándola desnuda.
Continúa...