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Antiguo 27-10-2011 , 10:40:35   #4
chido666
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Predeterminado Respuesta: Alicia y sus cuñados.

Siempre lograba que tuviera al menos un orgasmo, pero nunca en el acto sexual, en el mete y saca. Primero terminaba yo, luego, la llevaba al clímax, a base de mis caricias, mamando su jugosa vagina, o chupando sus monumentales pechos. Pero un orgasmo era insuficiente para mi ardiente mujer. Alicia esperaba que durmiera, para empezar una violenta masturbación, hasta provocarse tres orgasmos más. Por lo regular, todas las noches se masturbaba, y varias veces descubrí a mi esposa, dándose placer ella misma, en la ducha.

Una noche, mis cuñadas y sus esposos, cenaban aún. De improviso, apareció Alicia, recién bañada, una pequeñísima tanga de hilo, color rosita, era la única prenda que cubría su desnudez, ya que la pequeña bata que la cubría era completamente transparente, y traslucía todo el escultural cuerpo de mi mujer. Mis tres concuños casi se atragantan, y no le quitaban los ojos de los cantaros de carne que se mecían ondulatorios, cuando caminaba, mostrando indecorosamente los gruesos y parados pezones que trataban de traspasar la suave tela. Sus hermanas, tal vez acostumbradas a verla desde pequeña, les pareció normal su vestimenta y no descubrieron las tremendas erecciones que de pronto tenían sus maridos. Tampoco los pillaron, cuando la seguían con sus libertinos ojos, mirando como meneaba mi esposa, sus enormes y paradas nalgas, al caminar.

Los avances de mis concuños cada vez eran más osados. Alicia también lo notó, porque su carita era un predicamento cada vez que la abordaban. No se como lo lograban, pero todo el maldito día estaban con la verga parada, se les notaba un tremendo bulto en su entrepierna. A mi mujer le llamaba mucho la atención su protuberancia, trataba de no ser tan obvia, y se las miraba disimuladamente, pero lo hacía tan mal, que tanto Rogelio como Roberto se dieron cuenta de su interés por el enorme bulto que se les formaba en la parte delantera. Ahora, se exhibían ante ella, en cualquier oportunidad; se agarraban la gruesa verga parada sobre el pantalón, delineando el grosor y el largo, lo hacían como sin darse cuenta que mi querida esposa, no les quitaba el ojo de encima, a veces, se le acercaban y le rozaban la verga en el brazo, en el hombro, en donde fuera; otras veces, la abrazaban y se la encajaban en sus enormes nalgas.

No les importaba toquetear a Alicia delante de mí. Es más, trataban de hacerlo en mi presencia, pues notaron que estando yo presente, Alicia se dejaba manosear, más fácilmente. Al ver ella, que yo no les decía nada, se justificaba, diciendo para si, que era normal, el que sus cuñados la tratasen de esa manera.

Cierto fin de semana, las mujeres jugaban lotería y los hombres asábamos carne y tomábamos cerveza. En determinado momento, Claudia sorprendió a Rolando, acomodándose el pene dentro del pantalón, con la boca abierta, embobado, contemplando los calzones de Alicia, que estaba sentada en el suelo, y que tenía sus macizas piernotas abiertas de par en par. Mi esposa, estaba sentada sobre una de sus largas piernas, que mantenía doblada, como si fuera una contorsionista; pero con la otra, la planta del pie estaba ligeramente apoyada en el suelo, de tal forma que, se formaba una ancha avenida entre cada una de sus torneadas piernas, mostrando a mis queridos concuños, un valle paradisíaco. Claudia, moleta le recriminó a su marido, discutieron unos minutos, luego, se retiraron a su casa.

Al terminar de jugar a la lotería, las mujeres se incorporaron a la plática que sosteníamos los hombres, y ya todos juntos, continuamos bebiendo. En determinado momento, Rogelio y Roberto, aparentaban estar muy tomados; se me hizo muy raro, ya que ellos siempre aguantaban mucho más licor. Sus esposas le recriminaron su manera de beber y enojadas se retiraron a sus hogares, dejando a sus maridos seguir con la juerga.

Escudado en su borrachera, cuidando que no lo viera mi suegra, Rogelio abrazó fuertemente a mi esposa por la cintura, cuando pasaba junto a él. Presionando con su enorme erección, las redondas nalgas de Alicia. Subía de vez en cuando sus manos, acariciando por casualidad las redondas tetas de mi mujer.

-Cuñadita. –Le decía con voz de ebriedad-. Yo la quiero mucho, es la cuñadita más guapa y más buena de todas. –Y dirigiéndose a Roberto, le dijo-. Verdad Roberto.

Mi esposa solo reía fuerte y alegremente, tal vez por las cosquillas que le hacia Rogelio al hablarle al oído.

-Es cierto. –Decía Roberto, con el mismo tono de voz aguardentosa-. Tú ¿no nos quieres cuñadita?

-Claro que sí. –Contestaba divertida mi mujer-.

-Pues dame un abrazo. –Le dijo Roberto-.

Mi mujer lo abrazó inocentemente. Roberto al abrazarle, le restregó su bulto en la entrepierna a mi señora, y la abrazó con fuerza. Yo los miraba a la distancia y noté como una de las manos de Roberto, se apoderaba de una de las nalgotas de Alicia, y la apretaba con violencia. Mi mujer, pacientemente y sonriendo, le subió la mano; mientras Roberto le daba un beso en la mejilla.

Alicia estaba sentada en una mecedora, tenía las piernas cruzadas, mostrando gran parte de ellas, hasta el nacimiento de su trasero. Rogelio procuraba que nunca estuvieran vacíos de licor, tanto el vaso de mi esposa como el mío. La contemplaban impúdicamente, se secreteaban y sonreían maliciosamente. Sospechaba que algo tramaban, así que empecé a simular que se me subía la bebida. Alicia hablaba entrecortadamente, se reía por cualquier cosa y su mirada denotaba que el licor estaba haciendo estragos en ella.


Continúa...


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ESTUDIO CIENTIFICO
Un científico norteamericano descubrió con sus estudios que las personas que no tienen suficiente actividad sexual leen los e-mails y/o los Post con la mano posada en elMouse…. Aguas¡¡¡¡
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