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Kaffeetrinker 2 Stalingrado: La batalla más sangrienta en la historia de la humanidad Calificación: de 5,00

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Fecha: 28 de junio de 1942 - 2 de febrero de 1943
Lugar: Stalingrado, Unión Soviética
Resultado: Victoria soviética

Beligerantes

Alemania Nazi
Italia
Hungría
Rumanía Unión Soviética

Soldados

EL EJE

Sexto Ejército Alemán (600.000 hombres)
Cuarto Ejército Panzer
Tercer Ejército Rumano
Cuarto Ejército Rumano
Segundo Ejército Húngaro
Octavo Ejército Italiano



UNION SOVIETICA


1 millón 700.000 hombres en total, repartidos por el Frente de Stalingrado, el Frente del Don y el Frente Suroeste


Bajas

EL EJE

740.000 muertos y heridos
110.000 prisioneros de guerra

UNION SOVIETICA

750.000 muertos, heridos y prisioneros
Más de un millón de civiles de Stalingrado muertos



La llamada Batalla de Stalingrado fue un épico enfrentamiento entre las fuerzas alemanas de Adolf Hitler, que seguía con su imparable Operación Azul, y la defensa de los ejércitos soviéticos de Joseph Stalin; por la ciudad de Stalingrado (hoy Volgogrado) entre junio de 1942 y febrero de 1943, durante la «Gran Guerra Patriótica» (como se conoce en Rusia a la Segunda Guerra Mundial). Con bajas estimadas entre 1.640.000 a 2.000.000 de personas, entre soldados y civiles de ambos bandos, la Batalla de Stalingrado es considerada como la batalla más sangrienta en la historia de la humanidad.


abiendo fracasado en capturar Moscú, Hitler se enfocó en los pozos petrolíferos del Cáucaso. La Operación Azul tenía como objetivos la captura de puntos fuertes en el Volga primero y, posteriormente, el avance al Cáucaso. En el último momento, Hitler cambió el plan, y ordenó que se dividieran las fuerzas disponibles para iniciar la captura del Volga y del Cáucaso al mismo tiempo.

El retroceso de Semión Timoschenko hacia el Volga en dirección a Stalingrado convirtió a esa ciudad en objetivo. El 6º Ejército de Friedrich Paulus y el 4º Ejército Panzer intentaban cortar la retirada a los rusos antes de que éstos se reagruparan y atacaran Rostov del Don y luego fueran a reforzar las líneas defensivas del Cáucaso.

Las provisiones de combustible eran alarmantemente escasas para los alemanes y Hitler tomó una decisión fatal: dividió sus fuerzas frente a Stalingrado, quitándole las unidades mecanizadas al 6º Ejército de Paulus y desviando el ejército de Hoth hacia el sur. La idea del Führer era atacar en dos etapas. A esto se opuso Fedor von Bock, el cual fue destituido usando como pretexto la demora presentada en Voronezh. A Hitler le obsesionaba la idea de anular los restos de las fuerzas de Timoshenko antes de que reforzaran Rostov, lo cual no se logró a plena cabalidad. Rostov fue atacada y reconquistada por los alemanes.

El 19 de julio de 1942 Stalin ordenó que Stalingrado quedase en estado de sitio total y se comenzaron los preparativos para resistir a los alemanes, que se acercaban. No se permitió a los civiles abandonar la ciudad (para alentar a todo el pueblo soviético con la valentía de los habitantes).

El 23 de julio Hitler, confiado en que la fuga del resto de los ejércitos rusos estaba en su fase final al alcanzar el Don, ordenó al VI Ejército tomar Stalingrado, ordenando al grupo de ejércitos de List proseguir rumbo al Cáucaso. La decisión de Hitler estaba mal tomada, pues había confiado prematuramente en el derrumbe del Ejército Rojo, lo cual estaba muy lejos de ser real. Hitler se había excedido de nuevo en subestimar al enemigo.

El VI ejército, desprovisto de unidades mecanizadas de consistencia, iba flanqueado por ejércitos de varias nacionalidades: rumanos, italianos, húngaros. Estas fuerzas de inferior calidad resultaron ser el talón de Aquiles de las fuerzas del General Paulus.

El 23 de agosto Stalingrado recibió su primer bombardeo usando los Heinkel 111 y Stukas. Se lanzaron 1.000 toneladas de bombas y se perdieron tan sólo tres aeroplanos. Murieron no menos de 5.000 personas ese día. El avance alemán por tierra procedía de Gumrak, y lo hacía de manera brutal y arrolladora.

El 29 de agosto, cuando las primeras líneas alemanas aparecían ya en el horizonte de Stalingrado, llegó a la ciudad Zhukov; quien recientemente había sido nombrado Vicecomandante en Jefe.

Convergían sobre Stalingrado, por el sur, las 29º y 14º Divisiones motorizadas; por el Oeste se acercaba las 24º, la 94ª, 71º, 76ª y 295ª Divisiones de infantería blindada; por el norte y hacia el centro de la ciudad, la 100ª División de cazadores, la 389º y 60ª División de infantería motorizada. La ciudad era defendida en ese momento sólo por unos 40.000 soldados contra 400.000 alemanes. Estas tropas no sabían (y no debían saber, por motivos de seguridad) que el Ejército Rojo preparaba una ofensiva en gran escala contra el VI Ejército alemán.

Los primeros carros de combate alemanes llegaron a los suburbios el 1 de septiembre. Stalin, que instaba a Zhukov a salirles al camino e interceptar dichas fuerzas enemigas, replicaba:

"¿No entienden que si entregan Stalingrado, el sur del país quedará separado del centro, y probablemente no podremos defenderlo? Además de perder nuestra principal vía fluvial, no sólo es una catástrofe para Stalingrado si no para el país, dado que se perderá el petróleo también."

Se lanzó una contraofensiva que logró aliviar en parte la situación respecto del norte de la ciudad, la orden de Zhukov era terminante: «¡No entreguéis Stalingrado!».


La ciudad-osario

Las fuerzas alemanas atenazaron Stalingrado. Hitler que no había deseado la guerra de guerrillas en Moscú ahora bramaba por la conquista de la ciudad, eso implicaba la guerra calle a calle, casa por casa, el tipo de combate para lo cual la Wehrmacht no estaba preparada. La toma del Cáucaso había fallado a manos del mariscal de campo List, y por tanto quedaba tomar la ciudad como una forma simbólica de ocultar la carencia estratégica de los pozos petroleros. Si lograba conquistarla abriría de nuevo la puerta a esa riqueza.

El 12 de septiembre, Zhukov destituyó deshonrosamente al comandante a cargo de las defensas de Stalingrado, Alexander Lopatin por demostrar cobardía ante el enemigo al no poder contenerlo con su 62º División y fue reemplazado por el granítico e inflexible general Vassili Chuikov, un hombre muy eficiente y decidido.

Cuando llegó Chuikov al escenario dantesco, Yeremenko y Jrushev le preguntaron: «—¿Cuál es el objetivo de su misión, camarada? —Defender la ciudad o morir en el intento», contestó firmemente Chuikov. Yeremenko observó a Krushev y tuvo la certeza de que Chuikov había entendido perfectamente lo que se esperaba de él.

El nuevo comandante reforzó las defensas antiaéreas de la ciudad y asimismo fortificó aquellos lugares donde se pudiera contener al enemigo, en especial la colina de Mamaev Kurgan y el barranco de Tsaritsa. Además fomentó el despliegue de francotiradores, entre ellos el famoso Vasili Záitsev, entre otros.

El 14 de septiembre, la 71ª División alemana llegó a Stalingrado presentando un frente de 3 km. El objetivo era atravesar la ciudad y apoderarse lo antes posible de la ribera oriental del Volga. Sin embargo, los alemanes empezaron a ser frenados en su embestida por la acción de Katiushas, francotiradores y las unidades del Coronel General Alexander Rodimtsev. Las bajas alemanas comenzaron a ser elevadas ya que el soldado alemán no estaba entrenado para combatir en las calles, que es la lucha más dura entre todas las formas de combate; caían abatidos por francotiradores o minas antipersonales, pero aun así se logró llegar a la plaza central de la ciudad.

Desde ahí, una división escogida de soldados alemanes capturó la «Casa de los Especialistas», donde se hicieron fuertes y comenzaran a disparar contra las lanchas que iban y venían trayendo soldados.

Las bajas alemanas entre el primer y segundo día de combate sumaron 2.500 efectivos, contra 6.000 soldados soviéticos; para los rusos la pérdida era terrorífica: casi 3.000 soldados morían por día.

Debido a la escasez de municiones y armamento, Chuikov aplicó la práctica del uno por uno donde se enviaban los soldados por parejas: uno con fusil y otro con municiones, la idea era, además de obtener un relevo inmediato en caso de la muerte de alguno, mostrar un gran número de soldados a los nazis. Los alemanes usaron a civiles como escudo antichoque o para recoger a los soldados y oficiales alemanes muertos. Incluso en este escenario dantesco también se practicaba la política antisemita alemana, la Feldgendarmerie había estado capturando judíos y haciendo cautivos a civiles que fueran aptos para el trabajo, se ejecutaron unos 3.000 civiles judíos, entre ellos niños, por parte de los Sonderkommandos y unos 60.000 fueron enviados a Alemania para trabajos forzados.

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