Bizkaia Bilbao Basket 88-93 Caja Laboral
Oleson y los triples salvan a los vitorianos - El Caja Laboral vapuleó a los 'Hombres de Negro' durante casi tres cuartos, pero se durmió en los laureles y a punto estuvo de costarle el partido. Oleson, Seraphin y San Emeterio, los mejores por parte de los baskonistas, pudieron con el 'efecto Miribilla'
En pretemporada los equipos están en busca de su identidad y en ese camino se muestran como entes poliédricos. La primera semifinal de la Supercopa fue un ejemplo de ello.
El Caja Laboral rozó la perfección en la primera parte y se echó a dormir en la segunda. El Bizkaia Bilbao Basket llegó media hora tarde al partido y, cuando apareció, apretó el marcador de tal manera que estuvo a punto de firmar una remontada histórica. Perdía por 24 puntos (37-51, min 23) y se colocó a tres en el último minuto (79-82).
Al final, murió en la orilla. El Baskonia jugará por el título. Los vitorianos comenzaron a todo trapo, como si en lugar de la pretemporada estuvieran en el tramo final del ejercicio. Aprovechando las facilidades defensivas de los locales, se dispararon en el primer cuarto. Se fueron a la primera pausa con 32 puntos y un 74,5% en tiros de campo. Oleson, en su mejor día como baskonista, ya dio avisos de su puntería: acabó con 23 puntos y un increíble 6/7 en triples.
La ventaja siguió subiendo en el segundo cuarto gracias a las aportaciones de Seraphin, que dejó detalles de su portentoso físico y de su nada despreciable muñeca, y de San Emeterio. Poco después del descanso llegó la máxima renta con dos triples seguidos de Heurtel con los que el Caja Laboral batió el récord de la Supercopa (llegó a 14).
En ese momento, los baskonistas decidieron desconectarse y el Bizkaia se enchufó. Aprendió a defender y, en pleno efecto Miribilla, regresó al partido con un parcial de 23-8 (60-69). Las apariciones de Jackson, los mates de Fischer y las ganas de Grimau y Mumbrú hicieron que lo que parecía un paseo acabara pleno de intensidad.
Oleson y San Emeterio clavaron dos triples decisivos y, cuando más ajustado estaba el marcador, Ribas echó el cierre con ocho tiros libres sin fallo.
En pretemporada los equipos están en busca de su identidad y en ese camino se muestran como entes poliédricos. La primera semifinal de la Supercopa fue un ejemplo de ello. El Caja Laboral rozó la perfección en la primera parte y se echó a dormir en la segunda.
El Bizkaia Bilbao Basket llegó media hora tarde al partido y, cuando apareció, apretó el marcador de tal manera que estuvo a punto de firmar una remontada histórica. Perdía por 24 puntos (37-51, min 23) y se colocó a tres en el último minuto (79-82). Al final, murió en la orilla. El Baskonia jugará por el título.
Los vitorianos comenzaron a todo trapo, como si en lugar de la pretemporada estuvieran en el tramo final del ejercicio. Aprovechando las facilidades defensivas de los locales, se dispararon en el primer cuarto. Se fueron a la primera pausa con 32 puntos y un 74,5% en tiros de campo. Oleson, en su mejor día como baskonista, ya dio avisos de su puntería: acabó con 23 puntos y un increíble 6/7 en triples.
La ventaja siguió subiendo en el segundo cuarto gracias a las aportaciones de Seraphin, que dejó detalles de su portentoso físico y de su nada despreciable muñeca, y de San Emeterio. Poco después del descanso llegó la máxima renta con dos triples seguidos de Heurtel con los que el Caja Laboral batió el récord de la Supercopa (llegó a 14).
En ese momento, los baskonistas decidieron desconectarse y el Bizkaia se enchufó. Aprendió a defender y, en pleno efecto Miribilla, regresó al partido con un parcial de 23-8 (60-69). Las apariciones de Jackson, los mates de Fischer y las ganas de Grimau y Mumbrú hicieron que lo que parecía un paseo acabara pleno de intensidad. Oleson y San Emeterio clavaron dos triples decisivos y, cuando más ajustado estaba el marcador, Ribas echó el cierre con ocho tiros libres sin fallo.