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FelipeRosero
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Predeterminado Respuesta: EL FINAL SINIESTRO DE 10 ESTRELLAS PORNO (fotos)

Alex Jordan, pizpireta actriz de principios de los noventa, era conocida por su carácter alegre y desenfadado. Por ello, por inesperada, su muerte conmocionó a la familia azul un 2 de julio de 2005.

Amaneció ahorcada en un armario de su casa californiana. No se encontraron notas de despedida ni se hallaron indicios de las motivaciones que la llevaron a su personal cadalso. Por esa razón, se especuló con un posible asesinato que nunca pudo demostrarse.




El mismo halo de misterio envolvió la extraña muerte de Megan Serbian, rebautizada para el universo hardcore como Naughtia Childs.

El siete de enero de 2002, Serbian practicó el vuelo libre lanzandose desde el cuarto piso de un edificio de apartamentos de L.A. Oficialmente, se atribuyó su acción al LSD que la actriz consumía en aquel instante junto a unos amigos. Sin embargo, la investigación policial determinó que el punto de caida del cuerpo no se correspondía con el impulso que supuestamente debió tomar para efectuar su salto final. Ante la falta de pruebas el caso se cerró, pese a los esfuerzos de un detective del LAPD que siguió investigando por su cuenta, apiadado por las ansias de justicia de los padres de Megan.
Lo cierto, a día de hoy, es que los tipos que la acompañaban en el día fatídico, todos ellos relacionados con el mundo del rap angelino (mundo en el que ella estaba involucrada como productora y ocasional cantante), quedaron en libertad sin cargos.


Pero fue la muerte de Colleen Applegate la que marcó para siempre a la industria azul.

Hay una escena en “Tierra Prometida”, descorazonadora película sobre sueños rotos dirigida por el otrora prometedor Michael Hoffman, en la que un débil Kiefer Sutherland vuelve a su pueblo natal convertido en camello de baratillo. Se fue de aquel perdido agujero del interior de los States como un recién licenciado repleto de ilusiones, y regresó del brazo de una prostituta deslenguada (Meg Ryan). La escena en cuestión ocurre la noche antes de llegar al pueblo. Ryan se encierra en el baño durante horas, provocando la intranquilidad de Sutherland. Al salir, ha recortado su pelo y eliminado el tinte que lo cubría. Al día siguiente, dejará su top demasiado escotado y su minifalda de cuero en el armario para comprar lo que ella define como un traje decente con el que presentarse ante sus suegros.
La misma escena debió ocurrir la noche previa al día de Acción de Gracias de 1983, cuando Colleen Applegate, ahora convertida en Shauna Grant, regresó a su conservador pueblo natal del brazo de su novio, Bobby Hollander, productor pornográfico que la superaba veinte años en edad. Eliminó el carmín de su rostro, además de cualquier otro rastro de maquillaje, se vistió como si fuese a asistir a una ceremonia religiosa e insistió a su novio de que hiciera lo propio. De poco sirvió, pues su familia la recibió con la frialdad propia del desterrado.
Para más inri, durante su visita sus fotos porno fueron exhibidas ante su puerta por los garrulos locales, provocando una situación insostenible que degeneró en una visita abortada a las pocas horas de ser iniciada.
Colleen Marie Applegate nació en Bellflower (California) en el seno de una conservadora y católica familia de clase media. Poco tiempo después, sus padres se mudaron a Farmington (Minnesota), lugar en el que creció como modélica estudiante y cheerleader del equipo de football del instituto local. Desde su adolescencia, su eterea belleza no pasó desapercibida, como tampoco lo hicieron sus constantes problemas emocionales (protagonizó un intento de suicidio a los quince años). Su estancia en el pequeño pueblo del medio-oeste no se alargaría por mucho tiempo; pocos días después de lograr su mayoría de edad, se fugó con su novio en busca de una nueva vida en Los Angeles.
Una vez en California, los problemas para conseguir empleo llevaron a Colleen a posar para revistas masculinas. Primer paso que la llevaría a sumergirse de lleno en el emergente mundo del porno de principios de los ochenta.
Convertida en estrella en tiempo record merced a su deslumbrante físico, su popularidad creció hasta el punto de compartir estrado con Francis Ford Coppola (oh, viejo sátiro) en la entrega de los premios del cine para adultos de 1983. Por entonces, la embriagadora corriente que la envolvía era demasiado intensa para su frágil equilibrio emocional, lo que terminó por dirigir sus pasos hacia la cocaina, de la cual, se dice, consumía tremebundas cantidades diarias. Solía presentarse en los rodajes colocada, siempre acompañada de un pequeño frasco color rosa repleto de polvo blanco. Tal fue la magnitud de su adicción que sus compañeros de trabajo la apodaron “Applecoke”.
A sus perennes problemas de conciencia, derivados de su fe católica y la mala relación con su familia, se sumó, poco más tarde, una destructiva relación con el actor Jamie Gillis, basada en juegos sadomasoquistas y mentales que terminaron por desequilibrar su siempre inestable mente.
En diciembre de 1983, un año después de su llegada al universo azul, Shauna Grant anunciaba su retiro, asqueada, según sus propias palabras, con el mundo del porno. Sin embargo, su caracter autodestructivo y su complejo de Electra siguieron funcionando. Inició una relación con Jake Ehrlich, camello de poca monta, veinticuatro años mayor que ella. Su degradación, tanto física como mental, se aceleró culminando la madrugada del 21 de marzo de 1984. Una carabina del calibre 22 hizo el resto. Sólo unos días antes, sus padres habían respondido a su llamada de auxilio ofreciéndole costearle un tratamiento de desintoxicación, además de unos estudios universitarios que nunca llegó a cursar.
Fue enterrada en la iglesia católica de St. Michael, en la ciudad que la vio crecer, Farmington. Ningún miembro del mundo del porno asistió a su funeral.
Su muerte provocó una demonización inmediata del submundo del hardcore. La administración Reagan endureció su acoso, provocando el cierre de muchas productoras. La opinión pública se indigno ante el relato (adulterado) de su triste vida en varios documentales y en una película para la televisión (“Shattered Inocence”) que explotaron su figura tanto o más de lo que lo hizo el mundo del porno.
En una de las múltiples páginas web dedicadas a su memoria, se afirma que la última frase escrita en su diario personal fue “Sólo quería que alguien me quisiera…”. Sea o no real dicha frase, Colleen consiguió su objetivo de modo indirecto, pues se cuentan por cientos de miles los pornográfos, mitómanos y pajilleros varios que se declaran platónicamente enamorados de ella ahora que no está.
Y lo cierto es que raro es el día en que la sobria lápida que decora su tumba amanezca sin una flor recien cortada postrada en su regazo.

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