Colombia será local en el Metropolitano para la eliminatoria. ¿Mejor el calor que la altura?

Un horno sin extractor. Así definió la revista El Gráfico de Argentina en su momento al estadio Metropolitano de Barranquilla, cuando la Selección Colombia fundía rivales en la eliminatoria para Francia-98. Justamente, ese fue el último Mundial al que el equipo nacional asistió.
Ahora, luego de tres intentos fallidos en serie, la capital del Atlántico ha sido escogida nuevamente como sede para los dos primeros partidos del torneo premundialista hacia Brasil-2014 en noviembre próximo, aunque el deseo del cuerpo técnico y el plantel de jugadores, es el de afrontar allí también los seis juegos restantes.
Otra vez se pasa de la altura de Bogotá al nivel del mar y más allá de las tres clasificaciones al hilo, los números también están del lado de la 'Arenosa', donde el rendimiento de la Selección es del 69 por ciento.
Y ante la decisión del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol (Colfútbol), surge de nuevo la pregunta: ¿el jugador se adapta más rápido al calor que a una altitud considerable?
Carlos Eduardo Velasco, actual preparador físico de Ecuador y quien trabajara en el cuerpo técnico de Colombia, con Reinaldo Rueda a la cabeza, en la más reciente eliminatoria disputada en Barranquilla hace cinco años, advierte que la alta temperatura se tolera. "El calor se puede manejar, existen muchos mecanismos para contrarrestarlo en la parte tecnológica y científica", apuntó.
Por su parte, Diego Barragán, el preparador físico en las clasificaciones a los mundiales de Italia-90 y Estados Unidos-94, advierte que "no será ventaja para Colombia porque ya no estamos trabajando como en los 90, cuando contábamos con un mes y hasta más para aclimatarnos. Ahora es distinto y la mayoría de los jugadores están en Europa, donde no se juega a altas temperaturas".
De ahí su recomendación: "Los partidos deben ser en la noche porque con el calor, la humedad y el estadio lleno, no entra el aire". Sugerencia que la Colfútbol desestima, al pedir que los juegos contra Venezuela y Argentina, del 11 y 15 de noviembre, se realicen a las 4:00 p.m. "Lo mejor no es buscar la ventaja por cuestión del clima, sino en conformar una buena selección y que esté bien planteada tácticamente", concluyó.
Faustino Asprilla, goleador nacional en Barranquilla, como voz autorizada afirma que "se puede aprovechar cierta ventaja con el clima". Y puso un ejemplo: "a los argentinos, como Verón y Crespo, les fastidiaba jugar en ese clima, por eso es que nosotros en los primeros 20 minutos salíamos con todo y no dejábamos ni acomodar al rival porque ya en el segundo tiempo la temperatura baja".
Todo lo contrario ocurrió esta semana en la capital atlanticense, cuando el ambiente se encendió con la visita de Leonel Álvarez, el nuevo seleccionador nacional, quien le apostó a la ciudad caribeña para buscar como técnico una clasificación mundialista, algo que ya logró dos veces siendo jugador.
Breves
La reglamentación no limita libre escogencia
El reglamento para Brasil-2014 advierte que "la asociación anfitriona determinará las sedes de los partidos de la competición preliminar".
Tres meses antes
Las asociaciones organizadoras comunicarán la sede a sus adversarios y a la secretaría general de la Fifa al menos tres meses antes de la fecha prevista para el partido.
Bedoya y las reglas
"El reglamento no impide jugar a nivel del mar y luego en altura, salvo que los estadios no cumplan con las exigencias Fifa. En Conmebol tampoco hay un acuerdo escrito al respecto", admitió Luis Bedoya, presidente de la Federación.
Jesurún lo admitió
A mediados de 2009, Ramón Jesurún, vicepresidente de la Colfútbol, dijo: "Debemos respetar el compromiso que se hizo (en Conmebol): no podemos pasar de la altura de Bogotá a jugar sobre el nivel del mar en Barranquilla".
La Fifa y la altura
Según la circular de la Fifa de enero de 2008: "Por encima de los 2.500 m sobre el nivel del mar se recomienda a los jugadores tres días de adaptación, por encima de 2.750 m una semana de manera obligatoria".