No es para que cunda el pesimismo, pero a Falcao no le fue bien en su estreno con el Atlético de Madrid en un partido de la Liga española contra el Valencia.
Lo primero porque perdió su equipo, lo segundo, porque de seis puntos posibles, apenas ha podido cosechar uno en el arranque de la temporada, y lo tercero porque el Atlético aún no funciona como equipo.
El Atlético visitaba al Valencia y se presagiaba un encuentro intenso, como en realidad fue, con un ligero dominio del dueño de casa, hasta el solitario gol de Roberto Solado que a la final les daría el triunfo.
El valencia ganó porque aprovechó al máximo sus pocas visitas al arco rival y soportó los embates de los madrileños que una y otra vez porfiaron por el empate, estrellándose contra la disciplinada zaga valenciana.
El manejo del balón lo tuvo el Atlético en los primeros minutos, pero luego el Valencia se ocupó de neutralizarlo, mientras fabricaba jugadas ofensivas en busca de la victoria.
A estas alturas, Falcao estaba desaparecido del partido, sin participar en la única jugada de riesgo de su equipo, gracias a Adrián que no concretó por una buena acción de Guaita.
El Valencia, en cambio, hacía mayores méritos para abrir el marcador a través de Soldado y Jonás, que no se concretaron gracias a los reflejos de Courtois.
Soldado, a diferencia de Falcao, se conectó con el partido y tuvo figuración en las acciones, igual que Platti a quien se le anuló un gol legítimo por un pretendido fuera de lugar.
El segundo tiempo cambió el panorama con el gol de Soldado ante un centro de Miguel. El Valencia quiso sacarle el mayor provecho a su ventaja y se echó a atrás, regalándole el campo al Atlético.
Para fortalecer su esquema defensivo entró Alba por Piatti y Topal por Tino Costa, mientras el Atlético reforzó la línea de ataque con la entrada de Arda y Diego por Adrián y Tiago.
El Atlético ganó en dominio del campo, pero no le reportó anotaciones. Los cambios no trajeron los goles y Falcao, solo, con pocos balones llegándole, languideció arriba.
Pese a la libertad de juego del Atlético, y a su dominio del medio campo, pocas fueron las opciones creadas y al final, con desazón, vio como se le esfumaban tres puntos más de la cuenta.