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Antiguo 09-09-2011 , 20:58:35   #2
WeBMaSTeR_ShEvI
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Shocked Respuesta: La cronica del hombre que no se ganó el Baloto.. Posible fraude??

Un minero puede ganar entre cuatro y cinco millones de pesos mensuales, lo que ha causado que el arriendo de una casa cueste 600.000 pesos, y el de un simple cuarto, hasta 300.000. Se ha sabido de recibos de electricidad que han llegado por cinco millones de pesos.
Nos desviamos de la ruta para pasar por el puesto de salud, un precario lugar sin equipos, personal, ni condiciones de asepsia. En el camino la gente la saluda, la felicita, le pregunta por Jorge; el Baloto es el tema del día en un pueblo donde solo se habla del carbón. Llegamos al puesto y cuando me dispongo a hablar con una señora que ha llevado a sus hijos a urgencias, se va la luz.
Salimos a andar por el pueblo a oscuras y me deja en la puerta de la casa de Jorge Díaz. Es un acto de fe, porque en realidad no se ve nada. Le agradezco y ella vuelve a la panadería para encontrarse con su hija y su esposo.
Yo soy Jorge Díaz
Estoy a cinco metros de la puerta de la casa de quien puede ser el hombre más rico del pueblo, pero lo único que veo es un bulto de sombras. Me acerco, pregunto si esta es la casa de Jorge Díaz y una voz ronca me dice: "yo soy Jorge Díaz".
A Jorge no lo encontré ni de fiesta, ni escoltado. Al contrario, estaba haciendo lo mismo que hace todos los días de su vida desde que salió de Drummond: hablar con sus amigos en la puerta de la casa.
Llega la luz a manera de coincidencia (o de señal divina) y puedo verlo. Es moreno y tiene un sombrero vueltiao, una camiseta azul, un pantalón beige y unas botas de minero. Está con sus "llaves", José y Manuel, y con un hijo, Juan Carlos. Sentados en viejas sillas bajo un árbol que en la zona llaman Maíz Tostado, conversan de lo divino y lo humano.
No tiene cara de haberse acabado de ganar 74.000 millones de pesos, pero igual se lo pregunto. "No se qué está pasando", dice. Me cuenta que este ha sido un jueves de locos. Muy temprano en la mañana se encontró con un vecino que lo felicitó por el premio, luego entraron llamadas de El Paso, Valledupar, Santa Marta, Bucaramanga y le cuentan que hasta sus ex compañeros de Drummond celebraron cuando supieron la noticia. "A mi vecino le ha sonado el teléfono 15 veces a preguntar por mí, yo le digo que se haga el pendejo", me dice mientras se reacomoda el sombrero.
Es tajante cuando le pregunto si han ido a buscarlo policías, periodistas o alguien de Baloto: "yo ni siquiera compro el Baloto. Me gusta el juego, me gusta apostar, compro la lotería, pero el Baloto, nunca. No sé de dónde salió el rumor, usted es el primer periodista con el que hablo". Agrega que hoy no se ha paseado por La Loma por miedo a que le hagan algo.
Jorge empieza a contarme la historia de su vida cuando se vuelve a ir la luz. Hijo de un ganadero, nació en un pueblo llamado San Ángel, en el Magdalena, hace 51 años. Llegó a La Loma hace 35, mucho antes de la fiebre minera. Se dedicó a la política, se casó con Luz Helena y tuvieron cinco hijos, una mujer y cuatro varones. Ella, la hija, estudia en Chiriguaná, y los cuatro hombres viven con él.
Trabajó con la Drummond durante seis años y salió de la compañía hace casi cuatro. Era operador de tractor y la tiene demandada por 330 millones de pesos porque el sueldo que le daban era por oficios varios, inferior al que debía recibir.
Vive de arrendar cuartos en las tres casas que tiene y de 6 a.m. a 11 p.m. se la pasa sentado bajo su árbol de Maíz Tostao con sus amigos. "hay noches en que nos reunimos acá hasta 25 personas a hablar", me aclara. Su esposa murió hace dos años a causa de un derrame cerebral y con el dinero que le salga de la demanda piensa construir más casas para alquilar más cuartos que le permitan vivir holgadamente. Algún día, dentro de cuatro años tal vez, piensa lanzarse a la alcaldía de El Paso.
Le pido que me deje tomarle una foto y no se opone. No puede ser Jorge el ganador del Baloto. ¿Qué persona en sus cinco sentidos estaría tan calmado después de ganarse 74.000 millones de pesos? ¿Qué hombre daría el nombre y la cara, poniéndose de inmediato en la mira de oportunistas y delincuentes?
Mientras lo retrato pasa gente que lo saluda, y un vecino le grita desde la otra esquina: "¿Que te ganaste el Baloto, George?". Responde con una onomatopeya que solo ellos entienden y que debe significar "no".
Le pregunto qué hubiera hecho si se hubiera ganado el Baloto (59.000 millones porque el 20% que descuentan por ganancia ocasional) y me responde que pavimentar toas las calles de La Loma así se quedara sin un peso. Lo dice un hombre que vive en una de las tres calles con cemento del pueblo.
Es tarde y me dice que se va a acostar, pero no lo dejo ir sin que me responda quién cree que se lo ganó en realidad. No está seguro, pero habla de un señor de Gecolsa (una empresa que comercializa maquinaria pesada) que cada vez que juega el Baloto compra de a diez y hasta quince boletas. No vive en La Loma y por eso muchas veces dicta los números por teléfono.
Hago memoria y es posible que se trate del mismo hombre del que me habló Mónica esa tarde. Tras la respuesta de Jorge entiendo la resistencia de la joven a decirme el nombre del señor. No tengo certeza alguna de que en efecto sea él, solo puedo asegurar que todo indica que Jorge Díaz no fue, y que al jugoso premio le ha salido un nuevo sospechoso.

fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/car...-10240207.html

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The Shevi return....
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