Parecía un sueño. La selección chilena jugaba el mejor partido desde la llegada de Claudio Borghi a la cabina técnica nacional, y ganaba 2-0. Pero no a cualquier rival, sino al actual campeón de Europa y del mundo: España.

Durante el primer tiempo la “Roja” gozó en el estadio AFG Arena de un ritmo impresionante, apoyado en una defensa sólida, un mediocampo bien consolidado en la marca, un inspiradísimo Jorge Valdivia y dos hombres rapidídimos en punta como Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.

Chile bombardeaba desde todos los flancos al inestable bloque defensivo de los hispanos, con centros desde ambas bandas y pelotas filtradas por el “Mago”. Pero no fue sino hasta el minuto 10 cuando el zaguero izquierdo Gonzalo Jara lanzó un pelotazo cruzado de 30 metros que aprovecho Mauricio Isla entrando por la espalda de los centrales rivales cuando Chile logró abrir el marcador. El “Huaso” recepcionó, no dudó y clavó un remate cruzado imposible para el arquero Iker Casillas, desatando el delirio de los 4.500 chilenos que llegaron al recinto de Sain Gallen.

La anotación además sirvió para entregar aún más confianza a la “Roja”, que siguió machacando y encontró en la sociedad Vargas-Sánchez la oportunidad de aumentar la ventaja con una pared perfecta y una definición de antología del joven y debutante delantero de Universidad de Chile a los 20′ para establecer el 2-0 con el que se irían al descanso.

Pero la segunda mitad fue otra historia. El ingreso de Andrés Iniesta le entregó frescura y “picante” al mediocampo rival, a la vez que Pedro irrumpía desde las orillas con su velocidad para abrir el hasta el primer tiempo sólido bloque defensivo nacional. En los pies del primero, de hecho, llegó el descuento. Remate desde 22 metros, esquinado, que Claudio Bravo no pudo controlar (51′).

La presión se intensificó aún más con la entrada de Cesc Fábregas, quien se juntó con el “Fantasmita” creando un circuito de talentosos que la zona media chilena chilena no podía frenar (ni con el ingreso de Felipe Seymour por Vargas). Y fue el nuevo fichaje del Barcelona quien puso las cosas en orden tras una polémica jugada en la que se alegó falta contra Carmona, pero que el jugador catalán aprovechó para igualar el marcador 2-2 con un ligero toque ante la salida de Bravo (71′).

Y cuando todos pensaban que la “Roja” conseguía un meritorio empate frente a los monarcas planetarios, vino el cobro del áribtro suizo Jerome Laperrier. Penal de Fernando Meneses sobre Arbeloa. Fue el mismo Fábregas quien se paró frente al balón. Tras el remate Bravo alcanzó a contener, pero el balón dio en el palo izquierdo y volvió a los pies del volante español, quien decretó el 3-2 final.

Tras el gol, una confusa jugada de Iniesta y Vidal terminó en una gresca en la cual Arbeloa agredió al líbero nacional, y que luego casi se transforma en un escándalo mayor.

Está dicho. Parecía un sueño, pero no lo fue. España aceleró cuando necesitó e hizo despertar a Chile entero.