José Mourinho no quiere perder la pista al Fútbol Club Barcelona, su máximo rival, desde el inicio de Liga. Para ello ha sido tajante con sus jugadores y les ha pedido ganar los 10 primeros partidos de esta competición doméstica y conseguir 30 puntos de 30. Unos cálculos que había hecho tras tener en cuenta la primera jornada que le enfrentaba al Athletic de Bilbao en el Santiago Bernabéu y que finalmente no se disputó por la huelga.

El luso aún no ha olvidado que en la temporada pasada durante las 10 primeras fechas se dejó por el camino 4 valiosísimos puntos con los dos empates fuera de casa en Mallorca (1ª jornada) y ante el Levante (5ª). Aún así llegó líder con un punto de ventaja al Camp Nou, en la decimotercera, porque ganó todos los partidos. Los culés habían perdido cinco puntos. Tres de ellos contra el Hércules y dos con el Mallorca.

La prioridad, ganar fuera de casa
El técnico blanco tiene como prioridad que su equipo juegue fuera del Bernabéu lo más parecido posible a como lo hace en su estadio y como consecuencia, ganar todos los partidos en campo contrario. En este sentido, su mejor arma es tener el dominio del balón y presionar al enemigo.