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Staff Retirado Con Honores Denunciante Épico
 |  Hombre ciego es acusado de ser pirata de porno
Calificación: de
5,00
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Cuando se piensa en que la justicia debe ser ciega la idea no es que ignore la realidad, como le está pasando con la piratería digital.
Desde hace varios años las industrias del entretenimiento han librado una feroz persecución contra los piratas de la Red y en esa guerra, como en todas, han sufrido víctimas inocentes. En un caso en particular en el que hay más de 3.000 acusados por piratería de películas usando Internet, el demandado número 2.057 alega su inocencia con una prueba difícil de refutar: es legalmente ciego (tiene una centésima parte de la visión normal), lo que hace que disfrutar películas de cualquier tipo, incluyendo las ‘XXX’, sea imposible.
En los documentos de la corte, el hombre en cuestión es reconocido simplemente como John Doe 2.057 (‘John Doe’ es el equivalente gringo de ‘Fulano de Tal’, es decir una persona anónima), y según Imperial Enterprises a las 6:03 a.m. del 27 de enero John descargó ilegalmente una de sus producciones, el filme erótico ‘Tokyo Cougar Creampies’. Ahora la empresa está pidiendo miles de dólares en compensación, pero John alega su inocencia.
“Para ser honesto, es un poco ridículo”, dijo Doe al diario Seattle Weekly. “Mi habilidad para ver películas es inexistente. Mis hijos ven películas, pero tienen 4 y 6 años, así que ellos tampoco ven porno. Bueno, espero que no vean”. Para añadirle un toque irónico a la historia, Doe es un experto en seguridad de redes y cree saber por qué está metido en este lío.
No tuvo tiempo de instalar el router en su antiguo apartamento, así que dejó que lo hiciera su esposa, quien dejó la red sin contraseña. Doe dice que por esos días su conexión estaba muy lenta y que incluso llamó a quejarse al proveedor, pero ahora que lo piensa es posible que uno de sus vecinos haya estado su red abierta para descargar películas, incluyendo ‘Tokyo Cougar Creampies’.
Para rematar la insólita situación, la mejor opción para Doe es arreglar con Imperial Enterprises y pagarle la suma que pide, como si fuera culpable. “La parte triste de este asunto con el porno es que cuesta más ir ante un juez”, dijo Doe. La demanda contra John es en la ciudad de Washington y él vive al otro lado del continente, en Seattle. Además, le toca pagar abogados y arriesgarse a perder el litigio, algo que implica una multa de hasta 150.000 dólares (267 millones de pesos). “Al final del día, probablemente voy a conciliar y pagaré la suma para que esto desaparezca”, dijo Doe con resignación.
A pesar de que John es interesante por lo absurda que resulta su historia, hay muchas otras personas que se encuentran en la misma situación: acusadas de piratería siendo inocentes pero cuya mejor opción es conciliar por un crimen que no cometieron. Mientras tanto, los abogados de estudios como Imperial Enterprises ignoran si una persona es responsable o no por la piratería, solo están detrás de su dinero para tratar de cubrir el hueco de 6.100 millones de dólares anuales que le deja esta actividad criminal a la industria cinematográfica.
Al final del día, el panorama es tan patético que es evidente por qué la lucha contra la piratería digital no está funcionando. Mientras los inocentes pagan, los estudios encontraron una nueva fuente de ingresos y los verdaderos criminales, los piratas, siguen haciendo de
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