Un sacerdote solía liberar a 12 palomas antes de cada misa y al finalizar ésta, las palomas volvían a su jaula. Un día sólo regresaron 11 palomas y el padre muy contrariado preguntó a su audiencia:
"Alguien tiene la paloma?".
Todos los varones en la capilla se levantaron.
El padre aclaró: "Lo que quise decir es si alguien ha visto la paloma?"
Todas las mujeres en la capilla se levantaron.
El padre volvió a decir: "Lo que yo quiero saber es si alguien ha visto mi paloma?"
Todas las monjas en la capilla se pusieron de pie.