La gobernadora del
departamento de Córdoba, Marta Sáenz (
foto), denunció que cuatro de esos grupos
contratan a los jóvenes para actividades ilícitas. Calificó a la zona, donde hubo 313 asesinatos, como
"territorio del narcotráfico"
Crédito foto: EFE
La funcionaria explicó que la ubicación de su departamento
favorece la salida de la droga hacia el Caribe y que por ello se disputan su control las bacrim
Los Paisas, Los Rastrojos, Los Urabeños y las Águilas Negras, herederas del paramilitarismo.
"
Pelean por tierras y rutas", señaló y agregó que les pagan "un
salario mínimo a los jóvenes de Córdoba para que estén vigilando y reportando si hay personas extrañas". Esta situación explica los altos índices de violencia en la región, que según Sáenz alcanzan los 313 homicidios en lo corrido del año.
"No estoy buscando culpables,
necesito soluciones. Hay extorsiones, los finqueros no quieren regresar a sus tierras, el robo callejero está en aumento.
Sé que el gobierno hizo un esfuerzo, pero pregunto: ¿es suficiente?", cuestionó.
Además, denunció que
la policía "ya no quiere aportar información, no quieren que se sepa lo que está ocurriendo". "No sirvo para maquillar y disimular, me gusta la verdad", afirmó tras realizar las quejas.
En las últimas semanas, la situación recrudeció luego de que en la zona rural de Las Pailas, en el municipio de Tierralta,
se registraran seis asesinatos el pasado domingo, lo que provocó el desplazamiento de 207 familias.
El departamento de Córdoba es una región en la que abundan los latifundios y la actividad ganadera. Tradicionalmente se la vinculó al paramilitarismo, del que precisamente fue cuna hacia finales de los años ochenta del siglo pasado.