España tuvo una estupenda participación en el certamen juvenil europeo y tan sólo Francia le dañó las aspiraciones de quedar como campeón, con una remontada notable.
Pero aparte de este resultado que al final puede ser anecdótico, lo cierto es que la calidad de su fútbol no se discute. Sus figuras y su funcionamiento como equipo, así lo muestran.
Animador de las copas juveniles llegó al Mundial de Colombia con figuras que comienzan a mostrar su valía como Sergio Canales, que tiene la virtud de aportar las ideas.
Igual tiene otras como Rodri, Sergi Roberto y el que es ahora goleador del certamen orbital, Álvaro Vásquez, delantero del RCD Spanyol, que había sido reemplazante de Rodri y que se reveló en toda su valía con Australia.
No es un equipo invencible, por supuesto, y esto lo demostró contra Costa Rica, que le hizo un buen partido hasta estar a punto de empatarle y pasar de largo.
Pero lo valioso fue su capacidad de respuesta, su tranquilidad para superar el desconcierto y armarse para someter al rival con buen juego colectivo y excelentes individualidades.
Es cierto, se está en presencia de un certamen juvenil, con futbolistas en formación, donde cualquier cosa puede pasar por lo irregular de los equipos.
Pero pese a sus intermitencias y más en un torneo corto donde cualquiera puede tener un mal día, los españoles son muy superiores a Corea del Sur.
Los asiáticos apenas tienen en su favor la disciplina de su andamiaje defensivo y la velocidad de su contragolpe que puede ser letal si se le deja progresar.
Pero ahí termina todo. Su falta de técnica, compensada por su gran estado físico, no alcanza para equilibrar un partido ante un rival tan técnico, eficiente y pundonoroso como España.
Los ibéricos ganan e incluso tienen las posibilidades de hacerlo por un marcador de dos o más goles. Si el juego se desarrolla dentro de lo normal, los surcoreanos deben dejar empacadas las maletas en el hotel.