El problema con el fútbol, y más en esta categoría, es que no todas las veces funciona la lógica. Francia, campeón de Europa de la Sub 19, debe ganarle a Ecuador.
Fue el único obstáculo que le impidió a España ponerse la corona. Perdió con Francia, pero hoy, en la Copa, la furia roja reedita laureles hasta el punto de ser considerada favorita.
Francia, de quien se creía iba a ser un hueso duro de roer perdió con Colombia, en una sorpresiva goleada, segunda derrota con los nuestros (la otra fue en la final del torneo Esperanzas de Toulon) en menos de dos meses.
Pero los galos se recuperaron con Corea del Sur y Malí, aunque con el primero dos de las anotaciones de la victoria se debieron a un autogol y un error del rival.
Ecuador, por su lado, es un equipo de contrastes, en otras palabras, irregular. Puede jugar como los dioses como contra Costa Rica o torpe y confiado como le sucedió con Australia.
Tiene buenos jugadores, desborde por las bandas, cabeceadores, talla física, pero peca por su falta de tino, su apresuramiento en el área rival y su individualismo.
Para el recuerdo y como punto de referencia, aparte del duelo con Costa Rica, se tiene el que tuvo con España. Perdió, pero con las botas puestas, merced a Canales que le dio a España la claridad que necesitaba.
No la tiene fácil Francia. Ecuador, pese a su clasificación sufrida, tiene jugadores interesantes como Caicedo, De Jesús y Montaño y mucho corazón.
Pero la Francia de las eliminatorias europeas y la que ahora transita por este Mundial, tiene un buen juego de conjunto e individualidades como Sunu y Lacazette.
Francia, por sus antecedentes debería ganar el partido, pero Ecuador, si juega con la calidad que mostró ante Costa Rica y el corazón que le puso a España, puede desequilibrar la balanza.
Me inclino por Francia aunque sin total convicción, porque Ecuador tiene lo suyo para ganar. Partido equilibrado donde ambos se van a sacar chispas.
Resultado impredecible, máxime en esta categoría de fútbol en formación donde el juego irregular es la norma.