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En 2009 el actor Nicolas Cage declaró que estaba en bancarrota como consecuencia de una deuda de más de 6 millones de dólares que el fisco le reclamaba. Cage culpó a su contable, al que demandó por 20 millones de dólares bajo la acusación de haber cometido algunos desmanes en la administración de su fortuna. El actor tuvo que vender propiedades como un castillo en Alemania y su mansión californiana.


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En 2010 el asesor financiero Kenneth Starr fue detenido después de haber sido acusado de estafar más de 1.700 millones de dólares. Entre sus 200 clientes se encontraban varias celebrities de Hollywood como Stallone, Al Pacino, Martin Scorsese o Uma Thurman.


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¿Qué puede hacer un ayudante de camarero con Internet y un listado de las personas más ricas del mundo? Pues la respuesta es sencilla: estafarlas. Es lo que hizo hace algunos años Abraham Abdallah en lo que se conoció como uno de los mayores fraudes a través de la Red. Desde una biblioteca pública y con el ranking de los más ricos elaborado por Forbes pudo acceder a las cuentas bancarias de muchos de esos millonarios y apropiarse de casi 100.000 dólares. Una de sus víctimas fue la todopoderosa Oprah Winfrey.