El técnico de Boca, Julio Falcioni, quiere más que los cuatro refuerzos que consiguió para la próxima temporada y aguarda una venta del delantero Pablo Mouche para incorporar a un delantero y un arquero.
Casi sin chances de sumar al uruguayo de Vélez Santiago Silva, Boca iría por el colombiano Carlos Bacca, del Junior, y si no se hace lo de Enrique Bologna, buscaría al chileno Paulo Garcés, de la Universidad Católica.
Mouche tramita su pasaporte comunitario y una vez que lo obtenga, pueden agilizarse las gestiones para que continúe su carrera en el Udinese o el Catania, operación que podría reportarle a Boca los fondos necesarios para completar a gusto su plantel.
Aunque el presidente Jorge Ameal, hoy convaleciente de un cólico renal, había manifestado que una vez llegado el arquero Agustín Orión, después de los defensores Rolando Schiavi y Franco Sosa y del delantero Darío Cvitanich, el club bajaba la persiana en cuanto a incorporaciones, el egreso de Mouche cambiaría el panorama.
En ese sentido, Falcioni insiste en que, sin Mouche, será imprescindible sumar otro atacante y por otra parte, también presiona a la dirigencia, sobre todo, por otro arquero,.
Caída definitivamente la posibilidad de sumar a Silva, el nombre que cobró fuerza en las últimas horas es el del colombiano Bacca, de 24 años (8/9/86) con quien Ameal en persona ya tuviera contacto en la anterior apertura del libro de pases. Sin perjuicio de ello, el director técnico hizo explícito su deseo de conservar en el plantel a Nicolás Blandi, quien regresó de su préstamo en Argentinos Juniors estaba próximo a pasar a Tigre pero, tras responder satisfactoriamente durante la pretemporada en Curitiba, puede quedarse.