Lo que en un inicio era supuestamente una zona de exclusión aérea, se convirtió en una guerra abierta contra el líder libio, Muamar el Gadafi, y sus seguidores, con un costo de 160 millones de euros para Francia.
Una cifra que irrita a los sindicatos y algunos sectores políticos, cuando predomina un desempleo creciente y la carestía de la vida que se hace cada vez mayor.
Sin embargo, otras figuras como el exministro de Defensa Hervé Morin, miembro del partido Nuevo Centro, afirmó que 160 millones de euros no es una cantidad excesiva "porque se trata de permitir a una población acceder a la libertad y la democracia".
Tampoco el Gobierno francés pareció ruborizarse cuando se detectó que estaba entregando armas y municiones a los rebeldes libios, lo cual luego admitió y justificó.
A estas alturas, tres meses después de que se iniciaron las acciones contra las tropas de Gadafi, la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que amparó la zona de exclusión aérea se convirtió en letra muerta y nadie le hace caso.
(VTV/PL)