Kurt en control...
Durante el fin de semana se notò fuerte que se veían los autos del equipo Penske desde la primera práctica y como a pesar de errores de ambos pilotos en sus vueltas de clasificación no quedaron demasiado atrás en la parrilla. La práctica final confirmó su velocidad y además dejó ver que tendrían tal vez un planteamiento diferente para la carrera, pues contemplaban posibles dos paradas en pits solamente, la estrategia tradicional en esta pista pero menos viable este año por la menor eficiencia debido al combustible con 15 por ciento de etanol. No sé si su experiencia con ese alcohol carburante en la IndyCar en algo ayudó, pero los Penske parecían muy confiados de su autonomía y al final fueron los únicos capaces de ir a las dos paradas, con las implicaciones que eso tenía en términos de usar las llantas durante más tiempo que sus rivales.
En el caso de Kurt Busch todo funcionó de acuerdo al plan. Antes de que se iniciara la primera tanda de paradas en pits ya había remontado desde el puesto once hasta el liderato y mientras sus rivales aprovechaban las banderas de precaución para tanquear y cambiar llantas [pues los colocaba en el rango para ir a tres paradas], Busch siguió el libreto de Steve Addington [ganador con Kyle en 2008 en esta pista] al pie de la letra. Cada vez que ellos entraban, el Penske amarillo y también el azul de Brad Keselowski se quedaban fuera y con ayuda también de esas vueltas detrás del pace car lograron llevar la autonomía del combustible y llantas al nivel óptimo, si bien no el ideal pues ninguno de los dos marcó la vuelta más rápida en carrera.
Las dos paradas de los de Penske contrastaron con las cuatro de la mayoría, pues la quinta bandera de precaución fue aprovechada por muchos que pocos giros atrás habían cumplido con su tercera y última detención planeada. Lo hicieron porque las llantas nuevas probaron marcar mucha diferencia y se veían como la única forma en la que podrían atacar al Penske de Busch. Varios autos sin embargo optaron por no entrar en ese amarilla final y ellos sirvieron de resorte al excampeón 2004, quien básicamente controló su ritmo al frente mientras desde pits le informaban lo que ocurría con quienes venían remontando con caucho fresco en el remate.
Entre ellos estuvo Juan Pablo Montoya [4 paradas como la mayoría], quien tuvo varios intercambios de pintura durante el día, algunos según el mismo lo admitió por error suyo, otros por situaciones de carrera o errores o actitudes de otros. Primero fue con Kyle Busch, quien por poco termina perdiéndolo saliendo de la rápida curva 10 por el contacto con el 42, luego fue con Newman - a quien pidió disculpas - en la horquilla final, pero lo más importante ocurrió en el remate cuando rodaba más rápido que los punteros, mientras ganaba posiciones en cada vuelta.
Kasey Kahne fue el primer gran obstáculo pues intentó pasarlo con una maniobra sorpresiva en la frenada para la curva dos, una que no se esperaba el piloto Red Bull. Cerró la puerta con la nariz de Montoya ya por dentro, los dos se tocaron y ambos terminaron perdiendo varias posiciones. Luego cuando ya Montoya había recuperado parte de ese terreno tuvo que vérselas con el otro Penske de Brad Keselowski, quien cuando ya el colombiano lo tenía casi pasado, terminó golpeándolo entrando a la curva tres, argumentando luego una maniobra defensiva. ¿De qué se estaba defendiendo? No lo sé, porque ya el 42 estaba por delante de su auto número 2, si bien tenía la línea externa para esa curva tres.
"Era comer o ser comido, y yo claramente iba a ser devorado," dijo el actual campeón de Nationwide sobre el incidente. Se sintió intimidado claramente y a mi juicio exageró la reacción innecesariamente. Un puesto 22 sabe mal par aMontoya después de haber tenido en la mano al menos un top-5, muy probable un top-3, pues era más rápido que Gordon en el cierre ya que el 24 no tenía llantas tan frescas. El de Hendrick pasó la meta segundo ganándole la posición a Edwards, quien sacó un buen botín después de haber decidido a última hora no tomar parte de la carrera de Nationwide del sábado en Road America, la primera que se pierde en casi seis años. Todo en aras de un mayor enfoque en la Copa Sprint, en la que continúa como líder del puntaje.
Como siempre en estas carreras queda el debate por las maniobras agresivas, pero sin duda la que se llevó la mayor atención fue la de Tony Stewart y Brian Vickers. El de Red Bull dejó ver toda su ira al embestir con todo a 'Smoke' quien venía haciendo una muy buena carrera. Yo sin embargo entiendo lo de Vickers, pues Stewart es de esos que siempre se sale con la suya, ya que muchos le tienen demasiado respecto. Esta vez se encontró con uno que no tuvo reparos en devolverle las atenciones y creo que hizo lo que tenía, si bien resultó la maniobra mucho más ******osa de lo que tal vez él pensaba. Por fortuna sólo fueron las latas, y el eje trasero, y parte de chasis. Pero nada más.
No hubo ningún pronunciamiento de NASCAR en torno a este u otros incidentes. Como reza la política de la categoría desde el año pasado, el comando es "Boys have at it!"